Guerrilleros contra Napoleón. Asensio Nebot, el Fraile (2ª Parte)

Guerrilleros contra Napoleón. Asensio Nebot, el Fraile (2ª Parte)

Asensio llegó a tener a sus órdenes más de 4000 hombres, estableció oficinas de recaudación de impuestos en los pueblos, dispuso de talleres de armamento, almacenes de provisiones y hasta sastrerías de vestuario militar. El último día del año de 1812, a las cuatro de la mañana, fray Asensio y sus prosélitos cercaron en Torreblanca a toda una brigada de artillería francesa haciendo multitud de prisioneros, además de proveerse de 100 caballos y todo el tren de artillería que escoltaban. Conducidos a Cabanes, los prisioneros franceses fueron eliminados.

Vista de Culla. Autor, Antonio Porcar Cano

Vista de Culla. Autor, Antonio Porcar Cano

Afortunadamente nuestro fraile también se las daba de buen demócrata, y así, ese mismo día por la mañana publicó una proclama en Culla por la que convocaba elecciones de alcaldes y regidores en toda su «zona de influencia». Podían participar todos menos los que hubiesen tenido tratos con el francés, o estuviesen en sospechas de ello, y avisaba a los señores que mirasen bien a quiénes eligen, reservándose el derecho a decidir en última instancia la validez del hombre elegido por los votos. Para aliviar dudas Asensio daba a los votantes un último e insuperable consejo:
«(…) Miren con el mayor cuidado a quienes eligen, pues de elección y de una conducta arreglada depende el buen régimen de los pueblos. Para esto será muy del caso que Vs. consulten con los párrocos y demás sacerdotes a qué sujetos deben proponer para dichos nombramientos; y sobre todo invocar el auxilio del Espíritu Santo para que les alumbre el entendimiento y no caer en el error».
Dado en Culla, a 31 de Diciembre de 1812.

Sant Mateu. Autor, Luis Perez

Sant Mateu. Autor, Luis Pérez

Además de combatir a los franceses, Asensio Nebot luchó también contra las partidas de bandoleros que operaban robando y arrasando las propiedades de los vecinos. El nulense los llamaba «brigans de montaña», y al que pillaban era pasado por las armas. Entre franceses y bandoleros, por tanto, la cuadrilla del antiguo fraile tenía bien pacificada toda la zona y todos elogiaban sin excepción sus medidas… excepto los franceses. Su bestia negra, Rumfort, debió de echar mano de medidas a menudo crueles para combatir los constantes ataques, y así hacía públicos bandos en los que procuraba golpear donde más daño se hacía: en las familias de los combatientes. En 1813 anunció que por cada correo o militar francés detenido o muerto serían encarceladas diez mujeres y un clérigo, y en represalia por una emboscada en Les Coves de Vinromà hizo fusilar a 14 paisanos mientras el cura, con una soga al cuello, era conducido preso junto a 100 mujeres a la cárcel de Sant Mateu.

Continuará…