iberos mijares castellon

La huella ibérica en el río Mijares

El origen de la cultura ibérica y de los pueblos iberos no es un hecho de carácter étnico, sino cultural. Los iberos eran las mismas sociedades indígenas del Bronce Final (siglo XIII a.C.) y la Edad del Hierro Antiguo que ya estaban establecidas en los territorios después llamados ibéricos.

Las interacciones de estas sociedades neolíticas con las culturas fenicia primero, y griega y púnica más tarde, condujeron a la evolución social que conformaría la Cultura Ibérica que se desarrolló entre el siglo VII y el siglo I a.C. por lo que hay grandes diferencias entre las diferentes fases que caracterizaron su evolución a lo largo de estos siete siglos de historia.

En la base racial de los iberos se hallan principalmente dos componentes: la herencia de los pueblos del neolítico y de la Edad del Bronce y las aportaciones de grupos indoeuropeos de Campos de Urnas. Por ello, nunca existió un pueblo ibérico étnicamente homogéneo, aunque sí cultural pero dividido en diferentes tribus territoriales.

Así, en tierras castellonenses la cultura ibérica la representan, en general, los Edetanos y los Ilercavones.

Los pueblos íberos establecen un modelo general de asentamiento, denominado oppidum, fortificado y sobre cumbres de colinas, en lugares estratégicos desde donde controlar las vías de paso, y fácilmente defendibles, circundados por murallas de piedra y adobe, con torres de vigilancia y puertas de entrada a la ciudad.

Las excavaciones en diferentes yacimientos ponen de manifiesto características comunes en todo el territorio ibérico: el carácter sedentario, organizado y defensivo de los poblados, y el trazado urbanístico cuadrangular o escalonado, adaptándose a la topografía del terreno, con las viviendas protegidas por el recinto amurallado.

El río Mijares, antiguo Udiva, tuvo una gran importancia en el desarrollo cultural y económico del territorio de su curso bajo, destacando su papel como vía de comunicación e interacción: desde el interior con la influencia de los Campos de Urnas, y desde el mar con la aportación fenicia hacia tierras del interior. Por ello, desde la época del Bronce se suceden los poblados fortificados en sus márgenes y, según varios autores, a lo largo del periodo íbero sería la zona fronteriza entre las tribus de los edetanos y de los ilercavones.

cañon rio mijares montanejos

desembocadura rio mijares millars

Nuestra ruta íbera por el curso bajo del río Mijares parte del poblado más próximo al mar, en su desembocadura, el poblado de Vinarragell.

El yacimiento se encuentra en el término municipal de Borriana, en la ribera derecha del río, en una finca de naranjos al final del Camino Santa Pau. Ubicado sobre una pequeña elevación que fue creciendo con los diferentes ocupantes de las distintas épocas, destaca por su amplia secuencia cronológica: seis fases, desde el Bronce Final hasta la época medieval y moderna, localizadas en las excavaciones realizadas entre 1974 y 1979.

No obstante, es particularmente conocido por las importaciones de época fenicia recuperadas en la fase de ocupación pre ibérica. Los límites del yacimiento siguen siendo imprecisos, aunque las últimas prospecciones realizadas en su entorno duplican su extensión e incluyen una fase de ocupación romana, del siglo I d.C., sobre el antiguo poblado ibérico.

Se ha hallado cerámica campaniana de época romana republicana, así como una moneda ibérica del primer cuarto del siglo primero.

Actualmente, el poblado está catalogado como BIC (Bien de Interés Cultural) y en sus proximidades, en el camino de Vora Riu, ha sido localizada un área de necrópolis de época islámica que se relaciona con este yacimiento.

Castell Almassora castellon

Río arriba, sobre la terraza superior del margen izquierdo, se encuentran los restos del Castell d’Almassora con vestigios arquitectónicos medievales. Prácticamente destruido, sólo se conserva parte de un lienzo de muralla y de una torre semicircular. Debajo de las estructuras medievales, del siglo X al XIII de nuestra era, quedan restos del periodo ibérico y se hallaron materiales cerámicos de esta época y del Bronce Medio.

Este castillo fue conquistado a los musulmanes en 1234 por Pere Cornell, en nombre de Jaime I. Se abandona definitivamente en 1247 para fundar el actual pueblo de Almassora y nunca más sería habitado.

Torrello del Boverot

castellon arqueologia

Almassora visita yacimiento Torrello

Siguiendo aguas arriba, a unos 14 kilómetros del mar, y en el margen izquierdo del Mijares, se encuentra el poblado de El Torrelló del Boverot, en el término municipal de Almassora. Se trata de un oppidum, un poblado fortificado de unos 1.700 metros cuadrados, construido en la terraza superior del cauce, del que se han documentado distintos periodos de ocupación a lo largo de las excavaciones que comenzaron en 1988.

Variados sistemas de construcción y una gran cantidad de material cerámico depositado en el Museu Municipal d’Almassora muestran que este poblado parece funcionar desde el epipaleolítico hasta un momento avanzado del siglo XII de nuestra era.

Las excavaciones han puesto al descubierto dos recintos del siglo III-II a.C. con restos cerámicos del Bronce Medio. El tramo más antiguo conforma una gran muralla defensiva por el lado norte, la única zona accesible del poblado.

A partir del Bronce Final parece que el Torrelló del Boverot recibe distintas influencias a través del río: Campos de Urnas desde el interior y bajo Aragón; fenicio-occidentales por la costa, hasta llegar a los inicios de la Cultura Ibérica que conllevaría una reestructuración urbanística con una nueva muralla longitudinal y torre defensiva.

Actualmente las partes más visibles del poblado son los restos del sistema defensivo y murallas, con tramos conservados de más de 70 m, y una calle ibérica con sus habitaciones adosadas, datada alrededor de 160-140 antes de nuestra era.

La amplia estratigrafía del yacimiento convierte al Torrelló del Boverot en uno de los pocos lugares protohistóricos de la Comunidad Valenciana con un hábitat continuado desde fechas tempranas y abundante documentación.

Torrello del Boverot

Acaba el recorrido aguas arriba en el Torrelló d’Onda, también en el margen izquierdo del cauce y en el término municipal de Onda. Situado sobre una terraza elevada, forma una especie de península, entre el Mijares y el barranco de El Torrelló al norte, a la que se accede por el oeste, estando cerrada por el este por un precipicio sobre el cauce.

Al igual que en el Torrelló del Boverot, el recinto, de unos 2.100 metros cuadrados, está fortificado con una doble muralla: un muro circular con un paramento de filas de piedras grandes con otras más pequeñas a modo de cuña, típico de la cultura ibérica y otro interior, paralelo, con un paramento de piedra seca y en talud, de la edad de bronce.

En la primera campaña de excavación, en 1971, se descubrieron también restos de torres y viviendas de diferentes etapas de ocupación y se hallaron numerosos restos cerámicos, fabricados a mano y a torno, vasijas y tinajas, así como restos de sílex.


Traducció al valencià:

L’empremta ibèrica en el riu Millars

L’origen de la cultura ibèrica i dels pobles ibers no és un fet de caràcter ètnic, sinó cultural. Els ibers eren les mateixes societats indígenes del Bronze Final (segle XIII a.C.) i l’Edat del Ferro Antic que ja estaven establides en els territoris després anomenats ibèrics.

Les interaccions d’estes societats neolítiques amb les cultures fenícia primer, i grega i púnica més tard, van conduir a l’evolució social que conformaria la Cultura Ibèrica que es va desenvolupar entre el segle VII i el segle I a.C. pel que hi ha grans diferències entre les diferents fases que van caracteritzar la seua evolució al llarg d’estos set segles d’història.

En la base racial dels ibers es troben principalment dos components: l‘herència dels pobles del neolític i de l’Edat del Bronze, i les aportacions de grups indoeuropeus de Campos de Urnas. Per això, mai va existir un poble ibèric ètnicament homogeni, encara que sí cultural però dividit en diferents tribus territorials.

Així, en terres castellonenques la cultura ibèrica la representen, en general, els Edetans i els Ilercavons.

Els pobles ibers establixen un model general d’assentament, denominat oppidum, fortificat i sobre cimes de tossals, en llocs estratègics des d’on controlar les vies de pas, i fàcilment defensables, circumdats per muralles de pedra i atovó, amb torres de vigilància i portes d’entrada a la ciutat.

Les excavacions en diferents jaciments posen de manifest característiques comunes en tot el territori ibèric: el caràcter sedentari, organitzat i defensiu dels poblats, i el traçat urbanístic quadrangular o escalonat, adaptant-se a la topografia del terreny, amb les vivendes protegides pel recinte murallat.

El riu Millars, antic Udiva, va tindre una gran importància en la evolució cultural i econòmica del territori del seu curs baix, destacant el seu paper com a via de comunicació i interacció: des de l’interior amb la influència dels Campos de Urnas, i des del mar amb la de la fenícia.

Per això, des de l’època del Bronze se succeïxen els poblats fortificats en els seus marges i, segons diversos autors, al llarg del període iber seria la zona fronterera entre les tribus dels edetans i dels ilercavons.

La nostra ruta ibera pel curs baix del riu Millars parteix del poblat més pròxim al mar, en la desembocadura, el poblat de Vinarragell.

El jaciment es troba en el terme municipal de Borriana, en la ribera dreta del riu, en una finca de tarongers al final del Camí Santa Pau.

Ubicat sobre una xicoteta elevació que va anar creixent amb els diferents ocupants de les distintes èpoques, destaca per la seua àmplia seqüència cronològica: sis fases, des del Bronze Final fins a l’època medieval i moderna, localitzades en les excavacions realitzades entre 1974 i 1979.

No obstant això, és particularment conegut per les importacions d’època fenícia recuperades en la fase d’ocupació pre ibèrica.

Els límits del jaciment continuen sent imprecisos, encara que les últimes prospeccions realitzades en el seu entorn dupliquen la seua extensió i inclouen una fase d’ocupació romana, del segle I d.C., sobre l’antic poblat ibèric.

S’ha trobat ceràmica campaniana d’època romana republicana, així com una moneda ibèrica del primer quart del segle primer.

Actualment, el poblat està catalogat com BIC (Bé d’Interés Cultural) i en les seues proximitats, en el camí de Vora Riu, ha sigut localitzada una àrea de necròpolis d’època islàmica que es relaciona amb este jaciment.

Riu amunt, sobre la terrassa superior del marge esquerre, es troben les restes del Castell d’Almassora amb vestigis arquitectònics medievals.

Pràcticament destruït, només es conserva part d’un llenç de muralla i d’una torre semicircular. Davall de les estructures medievals, del segle X al XIII de la nostra era, queden restes del període ibèric i es van trobar materials ceràmics d’esta època i del Bronze Mitjà.

Este castell va ser conquistat als musulmans en 1234 per Pere Cornell, en nom de Jaume I. S’abandona definitivament en 1247 per a fundar l’actual poble d’Almassora i mai més seria habitat.

Seguint aigües amunt, a uns 14 quilòmetres del mar, i en el marge esquerre del Millars, es troba el poblat de El Torrelló del Boverot, en el terme municipal d’Almassora.

Es tracta d’un oppidum, un poblat fortificat d’uns 1.700 metres quadrats, construït en la terrassa superior del llit, del que s’han documentat distints períodes d’ocupació al llarg de les excavacions que van començar en 1988. Variats sistemes de construcció i una gran quantitat de material ceràmic dipositat en el Museu Municipal d’Almassora mostren que este poblat pareix funcionar des de l’epipaleolític fins a un moment avançat del segle XII de la nostra era.

Les excavacions han posat al descobert dos recintes del segle III-II a.C. amb restes ceràmiques del Bronze Mitjà. El tram més antic conforma una gran muralla defensiva pel costat nord, l’única zona accessible del poblat.

A partir del Bronze Final pareix que el Torrelló del Boverot rep distintes influències a través del riu: Campos de Urnas des de l’interior i baix Aragó; fenici-occidentals per la costa, fins a arribar als inicis de la Cultura Ibèrica que comportaria una reestructuració urbanística amb una nova muralla longitudinal i torre defensiva.

Actualment les parts més visibles del poblat són les restes del sistema defensiu i muralles, amb trams conservats de més de 70 m, i un carrer ibèric amb les seues habitacions adossades, datada al voltant de 160-140 abans de la nostra era.

L’àmplia estratigrafia del jaciment convertix al Torrelló del Boverot en un dels pocs llocs protohistòrics de la Comunitat Valenciana amb un hàbitat continuat des de dates primerenques i abundant documentació.

Acaba el recorregut aigües amunt en El Torrelló d’Onda, també en el marge esquerre del llit i en el terme municipal d’Onda.

Situat sobre una terrassa elevada, forma una espècie de península, entre el Millars i el barranc d’El Torrelló al nord, a què s’accedeix per l’oest, estant tancada per l’est per un precipici sobre el llit.

Igual que en el Torrelló del Boverot, el recinte, d’uns 2.100 metres quadrats, està fortificat amb una doble muralla: un mur circular amb un parament de files de pedres grans amb altres més xicotetes a manera de falca, típic de la cultura ibèrica i un altre interior, paral·lel, amb un parament de pedra seca i en talús, de l’edat de bronze.

En la primera campanya d’excavació, en 1971, es van descobrir també restes de torres i vivendes de diferents etapes d’ocupació i es van trobar nombroses restes ceràmiques, fabricades a mà i al torn, atifells i gerres, així com restes de sílex.