Chóvar, en el Parque Natural de la Sierra de Espadán, cuenta con un rico patrimonio minero ya que desde la primera mitad del siglo XIX en que se realizaron numerosas denuncias para la explotación de cinabrio en la Sierra de Espadán, hasta 1969, coincidiendo con una crisis mundial del mercurio y su espectacular bajada de precio, se han explotado numerosas minas de cinabrio, fundiéndolo en hornos para obtener el mercurio.
Las huellas más destacables de esta actividad se encuentran en la partida del Hembrar, en el paraje conocido como Corral o la Erica del Vaquero. En la montaña fronteriza entre Chóvar y Alfondeguilla se encuentran las ruinas de los llamados Hornos Viejos, de tipo aludel o Bustamante, que se usaban para transformar el cinabrio en mercurio.

Hornos Viejos de Chóvar. Autor, J.M. Sanchis

Los hornos de aludeles (caños de barro cocido que se conectan en hilera para condensar los gases mercuriales) se basaban en el potencial de este elemento para presentarse en los tres estados de la materia, sólido, líquido y gaseoso: primero se “tostaba” la mena de cinabrio (estado sólido) mediante combustión en los hornos; los gases generados (estado gaseoso) se hacían pasar a través de un sistema de aludeles para su condensación y obtener, a temperatura ambiente, el mercurio en estado líquido.
Esquema del proceso:
(A) Lugar que alberga las retortas o calderas, alimentadas con leña, donde se produce la combustión del cinabrio.
(B) Los gases de mercurio son conducidos a través de las piezas de barro, llamadas caños o aludeles, para su condensación.
(C) Una vez condensado, el mercurio líquido pasa a la quiebra.
(D) De la quiebra es conducido a la pileta, dentro de un cobertizo dónde se recoge.
Parte de los gases que no se condensaban seguían por los aludeles (E) hasta un contenedor (F) donde se recogían los restos de cenizas que aún conservaban mercurio y se aprovechaba mediante el llamado “batido de los hollines”.

Autor, Archivo Cronista José Martí Coronado

Según Luís Mansilla, Director de la Escuela Universitaria Politécnica de Castilla – La Mancha, junto con los hornos de Almadén-Almadenejos (Ciudad – Real) y los de Usagre (Badajoz), los hornos de aludeles ubicados en Chóvar-Alfondeguilla, son uno de los escasos ejemplares conocidos hasta la fecha de hornos de este tipo que podemos encontrar en el mundo.

Aunque ya se conocía su existencia en documentos de 1845, no se encontró ninguno hasta que en el año 2008 José Manuel Sanchis, un gran aficionado de Valencia a la documentación histórico-mineralógica de toda España, encontró uno. Su existencia incrementa el valor del patrimonio geominero de la Sierra de Espadán, ya que es un elemento sumamente escaso en la Comunidad Valenciana (sólo hay uno más en Orihuela), en España y en el mundo.
Este horno encontrado en Chóvar nunca llegó a utilizarse pues no fue concluido totalmente; parece ser que antes de terminarlo, en 1876, la Sociedad Francesa de Hipólito Berrens (inventor y propietario entonces de las minas de cinabrio de Chóvar), construyó los llamados Hornos Nuevos, que teóricamente mejorarían el aprovechamiento del cinabrio en mercurio y que fueron finalmente un completo fracaso. A pesar de esta circunstancia debemos poner en valor patrimonial todo el conjunto minero del cinabrio del Paraje del Hembrar y en especial los Hornos de Bustamante, ya que fueron un gran avance tecnológico para la época, y un signo de que se quiso dotar a las explotaciones de cinabrio de esta población de la mas avanzada tecnología. Vilanova y Piera indicaba en el Almanaque de Las Provincias de 1880, que alrededor de mediados del siglo XIX mucho personal de Almadén fue destinado a las minas de mercurio de la Sierra de Espadán, estableciendo en varios puntos Hornos de Aludeles para la destilación del azogue.

Nocturna de los Hornos Bustamante de Almadén. Autor, Mayasa

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Traducció al valencià:

ELS FORNS VELLS DE CHÓVAR

Chóvar, en el parc Natural de la Serra d’Espadà, compta amb un ric patrimoni miner ja que des de la primera meitat del segle XIX que es van realitzar nombroses denúncies per a l’explotació de cinabri en la Serra d’Espadà, fins a 1969, coincidint amb una crisi mundial del mercuri i la seua espectacular baixada de preu, s’han explotat nombroses mines de cinabri, fonent-lo en forns per a obtindre el mercuri.
Les empremtes més destacables d’esta activitat es troben en la partida de l’Hembrar, en el paratge conegut com a Corral o la Erica del Vaquero. En la muntanya fronterera entre Chóvar i Alfondeguilla es troben les ruïnes dels anomenats Forns Vells, de tipus aludel o Bustamante, que s’usaven per a transformar el cinabri en mercuri.
Els forns d’aludels (canelles de terrissa que es connecten en filera per a condensar els gasos mercurials) es basaven en el potencial d’este element per a presentar-se en els tres estats de la matèria, sòlid, líquid i gasós: primer se “torrava” la mena de cinabri (estat sòlid) per mitjà de combustió en els forns; els gasos generats (estat gasós) es feien passar a través d’un sistema d’aludels per a la seua condensació i obtindre, a temperatura ambient, el mercuri en estat líquid.
Esquema del procés:
(A) Lloc que alberga les retortes o calderes, alimentades amb llenya, on es produïx la combustió del cinabri.
(B) Els gasos de mercuri són conduïts a través dels aludels per a la seua condensació.
(C) una vegada condensat, el mercuri líquid passa a la quiebra.
(D) de la quiebra és conduït a la pileta, dins d’un cobert on s’arreplega.
Part dels gasos que no es condensaven seguien pels aludels (E) fins un contenidor (F) on s’arreplegaven les restes de cendres que encara conservaven mercuri i s’aprofitava mitjançant l’anomenat “batut de les sutges”.
Segons Lluís Mansilla, director de l’Escola Universitària Politècnica de Castella La Manxa, junt amb els forns d’Almadén-Almadenejos (Ciudad Real) i els d’Usagre (Badajoz), els forns d’aludels ubicats a Chóvar-Alfondeguilla, són un dels escassos exemplars coneguts fins a la data de forns d’este tipus que podem trobar en el món.
Encara que ja es coneixia la seua existència en documents de 1845, no es va trobar cap fins que l’any 2008 José Manuel Sanchis, un gran aficionat de València a la documentació històrica mineralògica de tota Espanya, en va trobar un. La seua existència incrementa el valor del patrimoni geominer de la Serra d’Espadà, ja que és un element summament escàs a la Comunitat Valenciana (només hi ha un més a Orihuela), a Espanya i en el món.
Este forn trobat a Chóvar mai va arribar a utilitzar-se perquè no va ser conclòs totalment; pareix que abans d’acabar-lo, en 1876, la Societat Francesa de Hipólito Berrens (inventor i propietari llavors de les mines de cinabri de Chóvar), va construir els anomenats Forns Nous, que teòricament millorarien l’aprofitament del cinabri en mercuri i que van ser finalment un complet fracàs. A pesar d’esta circumstància hem de posar en valor patrimonial tot el conjunt miner del cinabri del Paratge del Hembrar i en especial els Forns de Bustamante, ja que van ser un gran avanç tecnològic per a l’època, i un signe que es va voler dotar a les explotacions de cinabri d’esta població de la mes avançada tecnologia. Vilanova i Piera indicava en l’Almanac de Les províncies de 1880, que al voltant de mitjan del segle XIX molt de personal d’Almadén va ser destinat a les mines de mercuri de la Serra d’Espadà, establint en diversos punts Forns d’Aludels per a la destil·lació del mercuri.

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Fotografía de portada: Cinabrio y dolomita. Autor, Felipe García Miñarro