Un paseo por Espadán. Los alcornocales y la fabricación del corcho (1ª parte)

Un paseo por Espadán. Los alcornocales y la fabricación del corcho (1ª parte)

¿Quién no conoce al árbol por antonomasia de la sierra de Espadán? El alcornoque es un árbol circunscrito a la cuenca mediterránea, por lo que países como Italia, Francia, España, Portugal, Marruecos, Argelia y Túnez acaparan la práctica totalidad de la superficie mundial, de la cual la península ibérica tiene el cincuenta por ciento.

El corcho se utiliza desde la antigüedad por sus valiosas cualidades de flotabilidad en las artes de pesca o en la confección milenaria de las colmenas, aprovechando para ello las formas tubulares de la corteza. Pero es a partir del siglo XVIII cuando los alcornocales se explotan metódicamente para la fabricación de tapones, actividad de creciente rentabilidad hasta hace unas décadas. La utilización de recipientes de cristal, reemplazando el cierre tradicional con trapos, esparto y lacre por tapones de corcho, disparó la demanda de este producto, auge al que se suma la comercialización de los cavas tras su descubrimiento en Francia por el benedictino Dom Pérignon.

Corcho tortuoso. Autor, Fernando Cuenca

Corcho tortuoso. Autor, Fernando Cuenca

Efectivamente, los franceses ya se dieron cuenta hace tiempo que la fermentación en las barricas no se producía correctamente y los vinos se echaban a perder, al tiempo que el gas contenido en su interior hacía saltar los tapones de madera (motivo por el cual el cava recibía también el nombre de “vino del diablo”). La solución tuvo que esperar al siglo XVII y a la sagacidad de este monje francés, ciego para más inri, del cual se afirmaba que solo con probar una uva sabía de qué viñedo procedía. Pérignon ideó una nueva forma de atrapar las burbujas mediante el trasvase del líquido a botellas cerradas con corcho, lo que dio origen al champán moderno y a la fama imperecedera que le acompaña desde entonces por medio mundo.

Mas en Serra d'Espadà. Autor, Paco Gómez

Mas en Serra d’Espadà. Autor, Paco Gómez

Esta pasión por los vinos y el cava repercutió en la cuenca mediterránea y en la sierra de Espadán. De hecho, los alcornocales de estas estribaciones ibéricas son el máximo exponente del alcornocal en toda la región valenciana, aunque también es cierto que suponen un porcentaje mínimo dentro de la superficie española. Con todo, su contribución al auge de la industria del corcho fue notable.

El ciclo de extracción no ha cambiado lo más mínimo, ni tampoco los procedimientos que, como veremos, se llevan a cabo de la misma forma artesanal que hace 2 siglos. La corteza se arrancaba cada 12 ó 13 años, aprovechando el periodo en que la savia corre por el árbol, es decir, desde mediados de junio hasta septiembre. Para el trabajo solo era necesario un utillaje muy sencillo: una barra de olivo con un extremo rebajado en forma de cuña, tacos de almez y un hacha de filo cortante.

Continuará…