planta aromatica y medicinal

EL PODER DE LAS PLANTAS AROMÁTICAS Y MEDICINALES

Las plantas aromáticas y medicinales se caracterizan por su elevado contenido en sustancias químicas complejas, llamadas principios activos, que sintetizan para realizar una función ecológica concreta

Estos principios activos pueden ejercer sobre otros organismos vivos una acción beneficiosa o perjudicial, y el ser humano los usa, desde tiempos ancestrales, con finalidades terapéuticas, aromáticas o gastronómicas, según su composición.

Químicamente, se pueden clasificar en terpenos, fenoles y alcaloides y, según la especie vegetal de que se trate, la parte de la planta rica en principios activos puede ser las hojas, los tallos, las flores, los frutos, las semillas o las raíces.

El uso terapéutico de las plantas se remonta a la prehistoria, cuando el ser humano tenía que combatir enfermedades o curar heridas con los recursos que tenía a su alcance y descubrir su utilidad, por instinto o a base de ensayo/error.

Estos primeros conocimientos sobre las propiedades de las plantas se fueron trasmitiendo oralmente a las diferentes culturas para que no se perdiera el saber adquirido, a menudo ligados a la magia y a las creencias nacidas de cada entorno natural.

plantas medicinales

La evidencia escrita más antigua del uso de plantas medicinales se ha encontrado en Sumeria, en una losa de arcilla de hace unos 5000 años. Este grabado incluye una lista de drogas vegetales y recetas para la preparación de medicamentos con más de 250 plantas diferentes.

En China la aplicación de plantas en medicina era practicada ya en el año 5000 a.C., junto con la acupuntura. El libro sobre raíces y pastos Pen T’Sao, escrito por el emperador Shen Nung (2500 a.C.), engloba 365 medicamentos, muchos de los cuales se siguen usando hoy, y más de 8000 fórmulas con sustancias vegetales y animales.

El papiro de Ebers de Egipto, escrito alrededor del año 1550 a.C., representa una colección de 800 prescripciones con 700 especies de plantas. Y en la India, la aplicación de plantas medicinales se menciona en textos como el Rig- Veda, uno de los libros sagrados del brahmanismo que incluye fórmulas farmacéuticas con diferentes plantas.

libro sobre raices y pastos Pen T’Sao

Libro sobre raíces y pastos de Pen T’Sao

papiro de Ebers de Egipto

Papiro de Ebers de Egipto

La importancia médica de las plantas estaba tan ampliamente difundida que en Babilonia el rey Mardukapalidine II (772-710 a. C.), mandó construir un jardín con el único fin de cultivarlas. Desde la antigua Mesopotamia, este conocimiento se expandió hacia los países del Mediterráneo y más tarde por toda Europa donde comenzaron a crearse jardines para el cultivo de plantas medicinales, primero en los monasterios medievales y desde 1543 en las universidades italianas.

Allí nacieron como huerto dedicado exclusivamente a las hierbas con virtudes medicinales, aptas para realizar los semplici (los simples) fundamental recurso terapéutico de la época que formaba parte de casi todos los medicamentos. Por ello, los principales jardines botánicos se denominaron Horti Simplicium o Giardini dei Semplici.

En España el primer hort de simples se instaló en la Universidad de Valencia, a partir de 1563, como complemento de la enseñanza de la Cátedra de hierbas y otros medicamentos simples. Gracias a él los estudiantes podían reconocer con seguridad las auténticas especies medicinales, sin riesgo a confundirlas en la naturaleza.

jardi botanic universitat valencia

Jardí Botànic de la Universitat de València

Toda esta información, recopilada y utilizada a lo largo de milenios, ha sido la base de gran parte de la medicina tradicional y ha permitido a la ciencia actual identificar y producir sintéticamente cientos de principios activos, incluyendo en la farmacoterapia moderna una amplia gama de medicamentos de origen vegetal para el tratamiento de diversas enfermedades.

Dos de las plantas estrella del acervo aromático y medicinal de nuestra flora mediterránea son el tomillo y el romero.

plantas aromaticas

TOMILLO (Thymus vulgaris)

Esta popular especie esconde un gran poder medicinal no siempre conocido y aprovechado. Siempre presente humildemente en la naturaleza era una planta sagrada para las antiguas culturas por sus potentes beneficios, físicos y espirituales ya que es uno de los mejores inmunoestimulantes, antisépticos y balsámicos, y aportaba fuerza y serenidad.

Los egipcios lo utilizaban para remediar las dolencias respiratorias y en los procesos de momificación, para ayudar a su conservación y al tiempo dar entereza al espíritu del difunto para seguir el camino a la otra vida.

Los guerreros del pueblo griego solían llevar en la coraza un ramillete de tomillo para aumentar su valor y osadía y esta creencia se trasmitió a los soldados romanos quienes, antes de la batalla, quemaban tomillo y bebían su decocción para aumentar su fuerza y bravura.

Hipócrates y Dioscórides lo recomendaban para desinfectar las heridas y para las dolencias de pecho, a lo que Galeno añadió su prescripción para los dolores articulares. Los antiguos espagiristas asociaban el tomillo a Venus y al elemento agua, recomendando su uso contra la propagación de los malos humores, lo que hoy serían las infecciones bacterianas.

Actualmente el tomillo es reconocido como un poderoso antiséptico e inmunoestimulante gracias a su aceite esencial, rico sobre todo en timol, además de otros principios activos como los flavonoides, vitamina C y ácidos orgánicos que le aportan propiedades antioxidantes, remineralizantes y analgésicas.

La infusión (20-30 gr. de tomillo por litro de agua) está indicada para malas digestiones e infecciones digestivas; como balsámico y expectorante en afecciones de las vías respiratorias (tos, laringitis, bronquitis,..); para combatir inflamaciones de la faringe, aftas bucales,… haciendo gargarismos; y para prevenir la gripe y los constipados tomando una infusión en ayunas, con una cucharada de miel.

El alcohol de tomillo, desinfectante, antibiótico y cicatrizante se usa como antiséptico sobre heridas y para calmar dolores y el agua de tomillo se utiliza sobre todo como desinfectante de afecciones en la boca o cerca de los ojos.

Según últimas investigaciones, el tomillo reduce la pérdida de calcio en los huesos por lo que puede prevenir la desmineralización y la osteoporosis.

Además, esta especie ha sido también usado desde siempre para conservar los alimentos y se incluye en muchas recetas de cocina, como condimento, por su buen aroma y sabor. Un plato muy tradicional eran las sopas de pan aromatizadas con una ramita de tomillo que, en tiempos de penuria, servían para consumir el pan seco o para alimentar a quienes habían perdido la dentadura.

infusion tomillo

ROMERO (Rosmarinus officinalis)

Es otra de las especies populares, conocida y utilizada desde antiguo con distintas finalidades. Los faraones egipcios hacían poner sobre su tumba un ramillete de romero para perfumar su viaje al país de los muertos; los árabes lo incluían en sus jardines como repelente de plagas; y en el Renacimiento se utilizaba para elaborar la famosa Agua de la reina de Hungría (tónico alquímico a partir de la tintura del romero que estimula, depura y rejuvenece la piel) y se quemaba en los hospitales franceses para combatir las epidemias.

Su importancia e interés radica en el potente efecto antioxidante de algunos de sus principios activos y en sus propiedades antibacterianas, antisépticas, fungicidas y balsámicas. Sus aplicaciones más populares son las externas.

Por vía tópica se aplica la esencia de romero, en forma de aceites o alcohol de romero, para realizar fricciones de efecto analgésico, aliviando reumatismos y problemas circulatorios. También la decocción de la planta, aplicada en compresas, se usa para la cicatrización de heridas y para tratar los eccemas. Se prepara con 30-40 g de tallos por litro de agua, se deja hervir durante 10 min y se filtra.

En infusión se suele emplear para combatir afecciones respiratorias y como bálsamo en situaciones de estrés por su efecto tonificante sobre el sistema nervioso. Asimismo, a la esencia de romero se le atribuyen propiedades estimulantes del crecimiento del cabello, por lo que se incluye en la formulación de muchos tónicos capilares.

No debe utilizarse el romero en el transcurso del embarazo, ni de la lactancia.

Además de su popular uso como condimento, el aceite de oliva con romero y ajo es ideal para aderezar platos como ensaladas, sopas, pastas o salsas. Las propiedades del romero, unidas a las del aceite de oliva, hacen que el consumo de esta deliciosa mezcla ayude a prevenir la oxidación celular, reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la función del sistema inmunológico y cardiovascular.

Ingredientes: 3 ramillas de romero fresco; 4 dientes de ajo y 1 taza de aceite de oliva (200 g)

Preparación: lavar muy bien las ramas de romero y secarlas al sol. Bien secas, se cortan en varios trozos y se introducen en un recipiente de vidrio. Cortar los ajos en rodajas o machacarlos en el mortero y añadirlos al frasco con una taza de aceite de oliva. Cerrar y dejar macerar durante unos 30 días en un lugar seco y fresco, agitándolo de vez en cuando para que se mezclen bien los ingredientes. Después colar el aceite y usar.

aceite de romero

Para disfrutar de los beneficios de nuestras plantas aromáticas y medicinales es aconsejable adquirirlas con garantía en un herbolario o cultivarlas nosotros mismos. Evita recogerlas en el monte para prevenir el riesgo de confundir las plantas o de que tengan algún tipo de contaminación.

Además, hay que tener en cuenta que algunas especies aromáticas y medicinales de nuestra flora están protegidas.

maestrazgo castellon


Traducció al valencià:

EL PODER DE LES PLANTES AROMÀTIQUES I MEDICINALS

Les plantes aromàtiques i medicinals es caracteritzen pel seu elevat contingut en substàncies químiques complexes, anomenades principis actius, que sintetitzen per a realitzar una funció ecològica concreta

Estos principis actius poden exercir sobre altres organismes vius una acció beneficiosa o perjudicial, i l’ésser humà els usa, des de temps ancestrals, amb finalitats terapèutiques, aromàtiques o gastronòmiques, segons la seua composició.

Químicament, es poden classificar en terpens, fenols i alcaloides i, segons l’espècie vegetal de què es tracte, la part de la planta rica en principis actius pot ser les fulles, les tiges, les flors, els fruits, les llavors o les arrels.

L’ús terapèutic de les plantes es remunta a la prehistòria, quan l’ésser humà havia de combatre malalties o curar ferides amb els recursos que tenia al seu abast i descobrir la seua utilitat, per instint o a base d’assaig/error.

Estos primers coneixements sobre les propietats de les plantes es van anar transmetent oralment a les diferents cultures perquè no es perdera el saber adquirit, sovint lligats a la màgia i a les creences nascudes de cada entorn natural.

L’evidència escrita més antiga de l’ús de plantes medicinals s’ha trobat en Sumèria, en una llosa d’argila de fa uns 5000 anys. Este gravat inclou una llista de drogues vegetals i receptes per a la preparació de medicaments amb més de 250 plantes diferents.

A la Xina l’aplicació de plantes en medicina era practicada ja l’any 5000 a.C., juntament amb l’acupuntura. El llibre sobre arrels i pastures Pen T’Sao, escrit per l’emperador Shen Nung (2500 a. C.), engloba 365 medicaments, molts dels quals es continuen usant hui, i més de 8000 fórmules amb substàncies vegetals i animals.

El papir de Ebers d’Egipte, escrit al voltant de l’any 1550 a.C., representa una col·lecció de 800 prescripcions amb 700 espècies de plantes. I a l’Índia, l’aplicació de plantes medicinals s’esmenta en textos com el Rig- Veda, un dels llibres sagrats del bramanisme que inclou fórmules farmacèutiques amb diferents plantes.

La importància mèdica de les plantes estava tan àmpliament difosa que en Babilònia el rei Mardukapalidine II (772-710 a. C.), va manar construir un jardí amb l’únic fi de cultivar-les. Des de l’antiga Mesopotàmia, este coneixement es va expandir cap als països del Mediterrani i més tard per tota Europa on van començar a crear-se jardins per al cultiu de plantes medicinals, primer en els monestirs medievals i des de 1543 en les universitats italianes.

Allí van nàixer com a hort dedicat exclusivament a les herbes amb virtuts medicinals, aptes per a realitzar els semplici (els simples) fonamental recurs terapèutic de l’època que formava part de quasi tots els medicaments. Per això, els principals jardins botànics es van denominar Horti Simplicium o Giardini dei Semplici.

A Espanya el primer hort de simples es va instal·lar en la Universitat de València, a partir de 1563, com a complement de l’ensenyament de la Càtedra d’herbes i altres medicaments simples. Gràcies a ell els estudiants podien reconéixer amb seguretat les autèntiques espècies medicinals, sense risc a confondre-les en la natura.

Tota esta informació, recopilada i utilitzada al llarg de mil·lennis, ha sigut la base de gran part de la medicina tradicional i ha permés a la ciència actual identificar i produir sintèticament centenars de principis actius, incloent en la farmacoteràpia moderna una àmplia gamma de medicaments d’origen vegetal per al tractament de diverses malalties.

Dos de les plantes estrela del patrimoni aromàtic i medicinal de la nostra flora mediterrània són el timó i el romer.

TIMÓ (Thymus vulgaris)

Esta popular espècie amaga un gran poder medicinal no sempre conegut i aprofitat. Sempre present humilment en la naturalesa era una planta sagrada per a les antigues cultures pels seus potents beneficis, físics i espirituals ja que és un dels millors immunostimulants, antisèptics i balsàmics, i aportava força i serenitat.

Els egipcis l’utilitzaven per a remeiar les malalties respiratòries i en els processos de momificació, per a ajudar a la seua conservació i al temps donar enteresa a l’esperit del difunt per a seguir el camí a l’altra vida.

Els guerrers del poble grec solien portar en la cuirassa un manoll de timó per a augmentar el seu valor i gosadia, i esta creença es va transmetre als soldats romans els qui, abans de la batalla, cremaven timó i bevien la seua decocció per a augmentar la seua força i bravesa.

Hipócrates i Dioscórides el recomanaven per a desinfectar les ferides i per a les malalties de pit, al que Galeno va afegir la seua prescripció per als dolors articulars. Els antics espagiristes associaven el timó a Venus i a l’element aigua, recomanant el seu ús contra la propagació dels mals humors, la qual cosa hui serien les infeccions bacterianes.

Actualment el timó és reconegut com un poderós antisèptic i immunostimulant gràcies al seu oli essencial, ric sobretot en timol, a més d’altres principis actius com els flavonoides, vitamina C i àcids orgànics que li aporten propietats antioxidants, remineralitzants i analgèsiques.

La infusió (20-30 gr. de timó per litre d’aigua) està indicada per a males digestions i infeccions digestives; com a balsàmic i expectorant en afeccions de les vies respiratòries (tos, laringitis, bronquitis,..); per a combatre inflamacions de la faringe, aftes bucals,.. fent gargarismes; i per a previndre la grip i els constipats prenent una infusió en dejú, amb una cullerada de mel.

L’alcohol de timó, desinfectant, antibiòtic i cicatritzant, s’usa com a antisèptic sobre ferides i per a calmar dolors i l’aigua de timó s’utilitza sobretot com a desinfectant d’afeccions en la boca o prop dels ulls.

Segons últimes investigacions, el timó reduïx la pèrdua de calci en els ossos pel que pot previndre la desmineralització i l’osteoporosi.

A més, esta espècie ha sigut també usat des de sempre per a conservar els aliments i s’inclou en moltes receptes de cuina, com a condiment, per la seua bona aroma i sabor. Un plat molt tradicional eren les sopes de pa aromatitzades amb una branqueta de timó que, en temps de penúria, servien per a consumir el pa sec o per a alimentar als qui havien perdut la dentadura.

ROMER (Rosmarinus officinalis)

És una altra de les espècies populars, coneguda i utilitzada des d’antic amb diferents finalitats. Els faraons egipcis feien posar sobre la seua tomba un ram de romer per a perfumar el seu viatge al país dels morts; els àrabs l’incloïen en els seus jardins com a repel·lent de plagues; i en el Renaixement s’utilitzava per a elaborar la famosa Aigua de la reina d’Hongria (tònic alquímic a partir de la tintura del romer que estimula, depura i rejoveneix la pell) i es cremava als hospitals francesos per a combatre les epidèmies.

La seua importància i interés radica en el potent efecte antioxidant d’alguns dels seus principis actius i en les seues propietats antibacterianes, antisèptiques, fungicides i balsàmiques. Les seues aplicacions més populars són les externes.

Per via tòpica s’aplica l’essència de romer, en forma d’olis o alcohol de romer, per a realitzar friccions d’efecte analgèsic, alleujant reumatismes i problemes circulatoris. També la decocció de la planta, aplicada en compreses, s’usa per a la cicatrització de ferides i per a tractar els èczemes. Es prepara amb 30-40 g de tiges per litre d’aigua, es deixa bullir durant 10 minuts i es filtra.

En infusió se sol emprar per a combatre afeccions respiratòries i com a bàlsam en situacions d’estrés pel seu efecte tonificant sobre el sistema nerviós. Així mateix, a l’essència de romer se li atribuïxen propietats estimulants del creixement del cabell, per la qual cosa s’inclou en la formulació de molts tònics capil·lars.

No s’ha d’utilitzar el romer en el transcurs de l’embaràs, ni de la lactància.

A més del popular ús del romer com a condiment, l’oli d’oliva amb romer i all és ideal per a amanir plats com a ensalades, sopes, pastes o salses. Les propietats del romer, unides a les de l’oli d’oliva, fan que el consum d’esta deliciosa mescla ajude a previndre l’oxidació cel·lular, reduir el risc de malalties cròniques i millorar la funció del sistema immunològic i cardiovascular.

Ingredients: 3 xicotetes rames de romer fresc; 4 grans d’all i 1 tassa d’oli d’oliva (200 g).

Preparació: llavar molt bé les branques de romer i assecar-les al sol. Ben seques, es tallen en trossos i s’introduïxen en un recipient de vidre. Tallar els alls en rodanxes o picar-los en el morter i afegir-los al pot amb una tassa d’oli d’oliva. Tancar i deixar-lo macerar durant uns 30 dies en un lloc sec i fresc, agitant-lo de tant en tant perquè es mesclen bé els ingredients. Després colar l’oli i usar.

Per a gaudir dels beneficis de les nostres plantes aromàtiques i medicinals és aconsellable adquirir-les amb garantia en un herbolari o cultivar-les nosaltres mateixos. Evita recollir-les en la muntanya per a previndre el risc de confondre les plantes o que estes tinguen algun tipus de contaminació.

A més, cal tenir en compte que algunes espècies aromàtiques i medicinals de la nostra flora estan protegides.

romero abeja