La Pastora, historia y leyenda de un maqui en Els Ports

La Pastora, historia y leyenda de un maqui en Els Ports

Si hay un personaje misterioso y controvertido en la historia de los maquis en Castellón, ese es el de La Pastora, Teresa/Florencio Pla Messeguer, para unos un ser cruel y criminal, para otros una persona marginada y atormentada. Lo cierto es que su nombre está ligado a la historia de la posguerra y la resistencia en la comarca de Els Ports y despierta, en la memoria de quienes compartieron su tiempo y lugar, sentimientos encontrados de temor, repulsa y compasión.
La vida del que fuera el último maquis de Castellón, debatida entre dos sexos, entre la realidad y la leyenda, ha pasado a formar parte del patrimonio literario; primero con una novela de Manuel Villar Raso, publicada en 1978, después con las rigurosas investigaciones del periodista José Calvo Segarra, publicadas en 2009 que sirvieron de base por último para la novela de Alicia Giménez Bartlett, Premio Nadal 2011.
Teresa Pla Messeguer fue inscrita como tal cuando nació en 1917 en el Mas de La Pallisa en Vallibona, en una familia de masoveros con muchos hijos y pocos recursos.
El bebé presentaba una malformación genital que no permitía ver claramente si tenía atributos masculinos o femeninos. Ante la duda, y el temor de sus padres por su futuro, decidieron inscribirla como mujer para evitar que hiciera el servicio militar y fuera objeto de burlas, aunque no pudieron librarla de las humillaciones y el menosprecio a que la sometían, tanto sus hermanos, como las gentes de la zona.

La Pastora

La Pastora

Con sólo once años tuvo que empezar a trabajar de pastora al morir su padre, sola por los montes de Vallibona y El Turmell, sin contacto humano y sin apenas haber pasado por la escuela.
Ya en la adolescencia, La Pastora, como ya se la conocía, desarrolló un físico vigoroso y unos rasgos masculinos por los que los vecinos la ridiculizaban y agredían, ante lo que se acostumbró a usar la violencia y la dureza para hacerse respetar y defenderse.
Parece que el cambio radical en su vida se debió a un encuentro con un grupo de guardias civiles una tarde del invierno de 1947, cuando estaba con el rebaño en el monte. La obligaron a desnudarse y la sometieron a ultrajes. Aterrorizada y humillada huyó hasta encontrar refugio en el poblado de Refalgarí con los maquis de la Agrupación de Guerrilleros de Levante y Aragón (AGLA), resistentes del bando republicano que decidieron no rendirse y seguir luchando en las montañas.
Los maquis la aceptaron y la ayudaron a convertirse en el hombre que de verdad era; cambió su nombre por el de Florencio y su apodo por el de Durruti, si bien popularmente lo seguían conociendo como La Pastora. Aprendió a leer y escribir durante los veinte meses que estuvo con ellos guiándolos por un territorio agreste que conocía a la perfección. No tenía formación cultural ni política, pero había presenciado muchas atrocidades contra los masoveros que ayudaban a los maquis.

Ficha policial de Florencio Pla fechada en 1960

Ficha policial de Florencio Pla fechada en 1960

La guardia civil cercaba a los guerrilleros y La Pastora y su camarada Francisco prefirieron desertar, escondiéndose en los montes y cometiendo emboscadas, robos y secuestros por su cuenta que dieron comienzo a un mito que fue creciendo cuando, tras la muerte del compañero La Pastora sobrevivió en completa soledad en una cueva.
Durante todos esos años fue la pesadilla de la guardia civil que lo apodó el terror del Caro, por las muertes que se le atribuían, o el Lobo del Maestrazgo por su capacidad de sobrevivir al hambre, al frío y al asedio policial.
Finalmente huyó a Andorra, donde trabajó de pastor y se dedicó al contrabando hasta que fue delatado por otro contrabandista y detenido por la policía andorrana en 1960. Tras entregarlo a la justicia española se le sometió a dos juicios por atribuírsele las muertes de 21 guardias civiles, siete alcaldes y un ermitaño y fue condenado a 30 años de prisión.
A pesar de que ya su apariencia era de hombre, pasó primero por cárceles de mujeres, por su inscripción como tal en el Registro Civil. Tras un examen por los forenses militares, se demostró que sufría un pseudohermafroditismo masculino y fue trasladado a una prisión de hombres.
Calificado por la prensa franquista como “una repelente mujer, lésbica y sanguinaria, con instintos de hiena”, parece que la Pastora nunca mató a nadie (de hecho, ni siquiera era mujer) pero aquella siniestra versión oficial tuvo tanta repercusión que no hay en Els Ports otra historia de maquis que despierte tanta controversia como la de este guerrillero.
Florencio Pla salió en libertad en 1987, logrando su inscripción como hombre en el Registro, y murió en 2004, a los 87 años, sin imaginar lo mucho que se hablaría y se escribiría de La Pastora cuando ya hubiera muerto.

Vallibona. Autor,  Wolfgang Appel

Vista de Vallibona. Autor, Wolfgang Appel

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Fotografía de portada: Morral del Quinto, cercanías de Vallibona. Autor, Virgili Verge Marcos
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