
EL LOBO IBÉRICO (2ª parte)
BENEFICIOS PARA NUESTROS BOSQUES
Numerosos estudios científicos resaltan la importancia de los grandes predadores para la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas que ocupan y entre ellos, los realizados sobre el lobo lo definen como una especie clave en el mantenimiento del equilibrio ecosistémico ya que ocupa la cima de la pirámide ecológica y cuando es eliminado, las poblaciones de sus presas crecen sin límite y el ecosistema se desequilibra.
El objetivo de este gran carnívoro es conseguir alimento con poco esfuerzo por lo que se centra en atacar a los animales salvajes más vulnerables, enfermos o viejos.
De esa forma regula y sanea la población de herbívoros, evita la trasmisión de enfermedades y el sobrepastoreo, manteniendo la biodiversidad botánica de la zona. Además, su interacción con especies de carroñeros, como los buitres, contribuye a mantener la salud ambiental del hábitat al devorar rápidamente los cadáveres de los animales que encuentran en el campo, evitando el contagio de enfermedades.
La ausencia de grandes depredadores, o la baja densidad de ellos, tiene graves consecuencias para sus presas, como por ejemplo para algunas poblaciones de cabra montés de las sierras meridionales ibéricas, que en ausencia de lobos pueden llegar a desaparecer por enfermedades como la sarna.
Por otro lado, el lobo puede ser incluso un aliado para luchar contra plagas como las de conejos o jabalíes, que, aunque son presas más complicadas puede atacarlas si no encuentra otras más asequibles.
INTERACCIÓN CON LA GANADERÍA
La relación del lobo ibérico con el mundo rural y la ganadería ha sido siempre conflictiva y su inclusión en el LESPRE (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial), prohibiendo su caza en todo el territorio nacional, ha incrementado los recelos de muchos ganaderos que consideran que esto afectará gravemente a su economía.
La mayor parte de las estimaciones sobre las muertes ocasionadas por los lobos a las reses se basan en atribuirlas exclusivamente a esta especie, sin corroborar el hecho mediante peritajes genéticos que permitirían distinguir ataques de lobos de los de perros asilvestrados.
Aunque algunos colectivos afirman que los lobos son los responsables del declive de la ganadería, todos los indicadores socioeconómicos de este sector apuntan hacia la baja la incidencia del lobo ibérico sobre el descenso de la cabaña ganadera.
Según datos oficiales, en zonas con presencia estable de lobos, como Castilla y León, la muerte de reses por sus ataques representa un 0’06% sobre el total de reses en la región. En el Principado de Asturias, la afección sobre el conjunto de la cabaña ganadera en extensivo es del 1,1%.
La realidad es que la muerte natural del ganado, por enfermedad o climatología, genera pérdidas económicas muchísimo más elevadas, y, además, se ha demostrado que existe un alto porcentaje de falsas reclamaciones por ataques de lobos.
Muchos trabajos científicos han demostrado que una gran parte de los daños atribuidos a lobos son en realidad provocados por perros incontrolados, asilvestrados o no.
La compatibilidad entre el sector ganadero y los lobos, con la adopción de medidas de prevención, se contempla en los Planes de Conservación del Lobo de las diferentes comunidades autónomas y en la Estrategia Española de Conservación y Gestión del Lobo.
Las evidencias científicas muestran que en las áreas con alta densidad de lobo en las que la especie no ha desaparecido nunca, la cultura de prevención y manejo del ganado hace que apenas se genere conflicto con la ganadería, ya que tradicionalmente se han adoptado medidas como la presencia de pastores o perros guardianes, vallados, pastores eléctricos, recogida nocturna en rediles, etc.
No obstante, sí se pueden producir algunas pérdidas en las áreas que el lobo ha recolonizado en las últimas décadas y en las que se han abandonado gran parte de esas prácticas ganaderas.
Si hay lobos y los ganaderos no quieren sufrir daños deberán hacer cambios en el manejo del ganado y eso es muy complicado para determinadas especies.
Es muy difícil, cuando no imposible, diferenciar a primera vista qué especie ha matado una res. Sólo se puede corroborar mediante técnicas moleculares que analicen el ADN de la saliva que el depredador deja en los mordiscos. Y esta técnica no se usa de manera sistemática, por lo que sería más apropiado hablar de muertes por cánidos.
En Cataluña, donde se han realizado a menudo estos análisis, se ha podido comprobar que el 60% de las muertes atribuidas a lobos habían sido ejecutadas por perros.
¿HA VUELTO REALMENTE EL LOBO IBÉRICO A LA COMUNIDAD VALENCIANA?
A finales de enero de 2024 un ganadero denunció que una manada de lobos le había matado 10 ovejas en su explotación ganadera de Aras de los Olmos (Valencia). Sin embargo, el análisis de ADN demostró que el ataque lo realizó una grupo de perros asilvestrados.
Si hubiera sido cierto, habría supuesto la vuelta del lobo a la Comunidad Valenciana del que no se tiene constancia de una población estable desde principios del siglo XX. En 1953 se cazó un ejemplar en Sinarcas (Valencia) y en 1987 otro en Morella (Castellón), pero en ambos casos se trataría de ejemplares solitarios desplazados desde las zonas más cercanas con población de lobos como Alcañiz (Aragón) o Guadalajara (Castilla-La Mancha).
La Comunidad Valenciana está sufriendo un gran despoblamiento en las zonas rurales por lo que el bosque y el matorral ocupan hoy zonas que antes se cultivaban o se pastoreaban. Este nuevo hábitat es propicio para animales presa del lobo ibérico como el corzo, la cabra montés o el jabalí y probablemente en un futuro el lobo se expanda por el sistema ibérico hasta las comarcas valencianas.
Los conflictos se darán principalmente en aquellas zonas donde había desaparecido el lobo y ahora vuelve a ocupar el territorio porque se ha perdido la antigua forma de mantener los rebaños.
Si hay lobos y los ganaderos no quieren sufrir daños deberán hacer cambios en el manejo del ganado y eso es muy complicado para determinadas especies.
El lobo ibérico no es una amenaza para los seres humanos, más bien los rehúye y no caza por diversión, sólo para alimentarse a sí mismo y a su manada.
Es una joya de la fauna europea que hay que proteger por su papel clave en la conservación de la naturaleza y por todos los servicios ecosistémicos que proporciona.
Más información: ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico), WWF España.
Traducció al valencià:
EL LLOP IBÈRIC (2ª part)
BENEFICIS PER ALS NOSTRES BOSCOS
Nombrosos estudis científics ressalten la importància dels grans predadors per a la conservació de la biodiversitat dels ecosistemes que ocupen i entre ells, els realitzats sobre el llop el definixen com una espècie clau en el manteniment de l’equilibri ecosistèmic ja que ocupa el cim de la piràmide ecològica i quan és eliminat, les poblacions de les seues preses creixen sense límit i l’ecosistema es desequilibra.
L’objectiu d’este gran carnívor és aconseguir aliment amb poc esforç pel que se centra en atacar als animals salvatges més vulnerables, malalts o vells.
D’eixa forma regula i saneja la població d’herbívors, evita la transmissió de malalties i la sobrepastura, mantenint la biodiversitat botànica de la zona. A més, la seua interacció amb espècies de carronyers, com els voltors, contribuïx a mantindre la salut ambiental de l’hàbitat en devorar ràpidament els cadàvers dels animals que troben en el camp, evitant el contagi de malalties al bestiar.
L’absència d’este gran depredador, o la seua baixa densitat, té greus conseqüències per a les seues preses, com per exemple per a algunes poblacions de cabra salvatge de les serres meridionals ibèriques, que en absència de llops poden arribar a desaparéixer per malalties com la sarna.
D’altra banda, el llop pot ser fins i tot un aliat per a lluitar contra plagues com les de conills o senglars, que, encara que són preses més complicades pot atacar-les si no troba altres de més assequibles.
INTERACCIÓ AMB LA RAMADERIA
La relació del llop ibèric amb el món rural i la ramaderia ha sigut sempre conflictiva i la seua inclusió en el LESPRE, prohibint la seua caça en tot el territori nacional, ha incrementat els recels de molts ramaders que consideren que això afectarà greument la seua economia.
La major part de les estimacions sobre les morts ocasionades pels llops als caps de bestiar es basen a atribuir-les exclusivament a esta espècie, sense corroborar el fet mitjançant peritatges genètics que permetrien distingir atacs de llops dels de gossos assilvestrats.
Encara que alguns col·lectius afirmen que els llops són els responsables del declivi de la ramaderia, tots els indicadors socioeconòmics d’este sector apunten a la baixa la incidència del llop ibèric sobre el descens de la cabanya ramadera.
Segons dades oficials, en zones amb presència estable de llops, com Castella i Lleó, la mort de caps de bestiar pels seus atacs representa un 0’06% sobre el total de caps de bestiar a la regió. Al Principat d’Astúries, l’afecció sobre el conjunt de la cabanya ramadera en extensiu és del 1,1%.
La realitat és que la mort natural del bestiar, per malaltia o climatologia, genera pèrdues econòmiques moltíssim més elevades, i a més, s’ha demostrat que existix un alt percentatge de falses reclamacions per atacs de llops.
Molts treballs científics han demostrat que una gran part dels danys atribuïts a llops són en realitat provocats per gossos incontrolats, assilvestrats o no.
La compatibilitat entre el sector ramader i els llops, amb l’adopció de mesures de prevenció, es contempla en els Plans de Conservació del Llop de les diferents comunitats autònomes i en l’Estratègia Espanyola de Conservació i Gestió del Llop.
Les evidències científiques mostren que en les àrees amb alta densitat de llop en les quals l’espècie no ha desaparegut mai, la cultura de prevenció i maneig del bestiar fa que a penes es genere conflicte amb la ramaderia, ja que tradicionalment s’han adoptat mesures com la presència de pastors o gossos guardians, closos, pastors elèctrics, recollida nocturna en cledes, etc.
Tot i això, sí que es poden produir algunes pèrdues en les àrees que el llop ha recolonitzat en les últimes dècades i en les quals s’han abandonat gran part d’eixes pràctiques ramaderes.
Si hi ha llops i els ramaders no volen patir danys hauran de fer canvis en el maneig del bestiar i això és molt complicat per a determinades espècies.
És molt difícil, quan no impossible, diferenciar a primera vista quina espècie ha matat un cap de bestiar. Només es pot corroborar mitjançant tècniques moleculars que analitzen l’ADN de la saliva que el depredador deixa en les mossegades. I esta tècnica no s’usa de manera sistemàtica, per la qual cosa seria més apropiat parlar de morts per cànids.
A Catalunya, on s’han realitzat sovint estes anàlisis, s’ha pogut comprovar que el 60% de les morts atribuïdes a llops havien sigut executades per gossos.
HA TORNAT REALMENT EL LLOP IBÈRIC A LA COMUNITAT VALENCIANA?
A finals de gener del 2024 un ramader va denunciar que un ramat de llops li havia matat 10 ovelles en la seua explotació ramadera d’Aras de los Olmos (València). Però l’anàlisi d’ADN va demostrar que l’atac el va realitzar una grup de gossos assilvestrats.
Si haguera sigut cert, hauria suposat la tornada del llop a la Comunitat Valenciana del qual no es té constància d’una població estable des de principis del segle XX. En 1953 es va caçar un exemplar a Sinarcas (València) i en 1987 un altre a Morella (Castelló), però en els dos casos es tractaria d’exemplars solitaris desplaçats des de les zones més pròximes amb població de llops com Alcanyís (Aragó) o Guadalajara (Castella-la Manxa).
La Comunitat Valenciana està patint un gran despoblament en les zones rurals de manera que el bosc i el matollar ocupen hui zones que abans es cultivaven o es pasturaven. Este nou hàbitat és propici per a animals presa del llop ibèric com el cabirol, la cabra salvatge o el senglar i probablement en un futur el llop s’expandeixi pel sistema ibèric fins a les comarques valencianes.
Els conflictes es donaran principalment en aquelles zones on havia desaparegut el llop i ara torna a ocupar el territori, perquè s’ha perdut la antiga manera de mantenir el ramat.
Si hi ha llops i els ramaders no volen patir danys hauran de fer canvis en el maneig del bestiar i això és molt complicat per a determinades espècies.
El llop ibèric no és una amenaça per als éssers humans, més bé els defuig i no caça per diversió, només per a alimentar-se a si mateix i al seu ramat.
És una joia de la fauna europea que cal protegir pel seu paper clau en la conservació de la natura i per tots els servicis ecosistèmics que proporciona.
Més informació: ASCEL (Associació per a la Conservació i Estudi del Llop Ibèric), WWF Espanya.