
El Barranc dels Horts alberga uno de los conjuntos de árboles viejos más importantes de toda la Comunidad Valenciana
Una reciente investigación de la Universidad de Valladolid utilizando los anillos de crecimiento de una muestra de quejigos del Barranc dels Horts de la Fundació Caixa Castelló (Ares del Maestrat), ha confirmado la elevada edad de estos árboles. “El árbol más viejo que hemos muestreado y datado tiene al menos 424 años, ya estaba presente en 1601”, afirma José Miguel Olano, profesor e investigador de la Universidad de Valladolid en el Campus de Soria.
Es muy excepcional que los árboles alcancen edades tan longevas, en particular en zonas con un acceso tan fácil, y siendo la madera un recurso tan valioso. “Si estos árboles persistieron durante tantos siglos es porque se manejaban como trasmochos, es decir se podaban las ramas periódicamente, respetando el tronco, permitiendo la convivencia del arbolado con el ganado” apostilla Gabriel Sangüesa, profesor e investigador también del Campus de Soria.
Además de su valor monumental y patrimonial, estos árboles tienen un indudable valor científico. Al haber crecido en muy baja densidad, sin apenas competencia, el clima ha sido el factor predominante en la variabilidad del crecimiento anual, de modo que la variación del tamaño de sus anillos es un reflejo extremadamente fino de las precipitaciones. “Son auténticas estaciones meteorológicas vivas que nos permiten conocer con mucha precisión la intensidad de las sequías de los últimos 400 años” corrobora José Miguel.
Ambos investigadores están embarcados en el proyecto de investigación GIANTS que, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad y fondos FEDER, quiere reconstruir el clima del pasado utilizando la información de los robles de las dehesas mediterráneas. “En la fachada mediterránea de España la presencia de dehesas de robles tan extensas y con árboles tan viejos es muy excepcional, es una fortuna que la labor de la Fundació Caixa Castelló haya preservado este espacio tan valioso” afirma Gabriel.
Los quejigos del Barranc dels Horts, así como las dehesas de las localidades próximas a este espacio, constituyen un libro donde descifrar el pasado de nuestro clima. “Son herramientas muy importantes para comprender los cambios en los regímenes de precipitación en un contexto temporal más amplio” indica José Miguel. “Volveremos pronto a este lugar excepcional” afirman convencidos ambos investigadores.