Columbretes. Las islas de las serpientes (1ª parte)

Columbretes. Las islas de las serpientes (1ª parte)

Es preciso navegar cerca de estos islotes o sobrevolarlos a baja altura para admirar en todo su esplendor la belleza del archipiélago: las Columbretes. Están separadas de la costa unos 62 kilómetros y los autores clásicos no dejan de citarlas, lo que prueba que ya eran sobradamente conocidas en la antigüedad. El archipiélago está formado por cuatro grupos de islas que conforman las cimas de una cordillera paralela a la costa, la Barra Alta. Su origen volcánico queda claramente atestiguado no solo por la naturaleza de suelo y rocas, sino también por el cráter de L’Illa Grossa, de formas inconfundibles visto desde cierta altura.

La Foradada. Autor, Manel

La Foradada. Autor, Manel

En el pasado se las conocía con el nombre de Columbraira y también con el de Ophiusa, términos que aluden a la gran cantidad de ofidios que las poblaron hasta mediados del siglo XIX. Estos animales fueron extinguidos durante la construcción del faro de l’Illa Grossa en 1855, pues eran tan abundantes que ponían en peligro la vida de los trabajadores (la mayoría presos condenados a trabajos forzados). De esta forma se emprendió una drástica campaña de exterminación que las erradicó totalmente. Para ello se prendió fuego a toda la maleza de la isla, soltando luego piaras de cerdos y multitud de gallinas para terminar con los reptiles supervivientes.

El manjar de Las Columbretes. Autor, Marc Castell

El manjar de Las Columbretes. Autor, Marc Castell

Tan eficaz fue la acción depredadora que no quedó ni un solo ofidio en toda la isla, cosa que se ha mantenido hasta el punto de hacer dudar a cualquiera de que alguna vez poblaran estos parajes desolados. Afortunadamente se sabe que la historia es verdadera no solo gracias a las crónicas, sino también a un ejemplar que se conserva en alcohol en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. El peligro para los trabajadores era evidente, ya que se trata de la especie Vipera latastei, víbora cuya mordedura puede ocasionar un serio disgusto a aquel infortunado caminante que se tope con ella.

Continuará…

Hasta pronto. Autor, Ximo Pons

Hasta pronto Columbraira. Autor, Ximo Pons