Forcall

De las danzas y el folklore de Castellón: Forcall

Forcall es una pequeña villa, zambullida en un ancho valle y protegida por las muelas que se alzan a su alrededor como imponentes vigías. Tres ríos se juntan en su valle, y la población se queda entre dos de las púas de la gran horca (forca) que dibujan.
Forcall abunda en danzas y tradiciones religiosas, y sus fiestas de Ntra. Sra. de la Consolación, cuya ermita corona una colina entre los ríos Caldés y Bergantes, y de San Víctor –se guardaba su cuerpo hasta que fue profanado en la guerra civil- se celebran en la primera quincena de septiembre de cada año.
En esta población se baila como en pocas partes el ball plá en torno al cremaller. Es un baile al alcance de todo el mundo, sin demasiadas prescripciones que atender, ni exquisiteces en sus movimientos raudos, acelerados, endiablados por la agilidad que imprime el ritmo de los pies. Se le conoce también por el ball de San Vito, aunque ignoramos si tendrá algo que ver con la enfermedad de este mismo nombre, por más que los danzantes, hombres y mujeres, le imprimen una vertiginosa movilidad en las carreras por la plaza y las calles adyacentes.
Pero, ¿deriva este baile rodat de ciertos ritos nigrománticos del Medievo? Es admisible la hipótesis, si reparamos en que muchas de estas costumbres ancestrales tienen que ver con el mundo misterioso de los siglos oscuros de la alta Edad Media, con sus devociones, que alguna vez se confunden con supersticiones. Lo cierto es que por estas tierras el viajero hallará multitud de cosas pequeñas cuyo providencialismo le sorprende y maravilla: las velas de la candelaria que se encienden en días de tormenta en las casas, o las crucecitas de romero bendito del día de Ramos en las iglesias, que se ponen no sólo en los balcones de las casas, sino en los mismos trigales…

Plaza Mayor de ForcallPlaza Mayor de Forcall. Autor, Ernesto Ordaz

El musicólogo Juan Amades escribió hace años en un artículo una interesante interpretación del ball plá, tal como en Forcall hubiera podido originarse, si bien las trazas de su descripción se han perdido ya en buena parte. “En algunos lugares del Maestrazgo –advertimos que en todo el artículo se confunde Maestrazgo por la comarca de Morella- la víspera de la fiesta por la noche, como en el Pallars, salían a bailar mozos y mozas: ellos vestidos de manera extravagante y muy tiznados de cara, y ellas con un poco de bermellón. Divididos en dos hileras y una a cada lado de la calle recorrían la población hasta el amanecer, repiqueteando castañuelas, con lo que debieron en su tiempo tratar de ahuyentar los espíritus malignos, señores de la noche, que tratasen de malograr y estorbar las ceremonias propias de la fiesta. El disfraz extravagante y el tiznado contribuían y ayudaban la acción del ruido de las castañuelas y del conjunto de la danza”.
Ahora, cuando se baila el ball plá, los hombres no se tiznan, ni hay griterío, ni suenan castañuelas alocadas, ni las dos hileras de danzantes lo hacen tan separado, ni nadie por supuesto ahuyenta otros espíritus que los que la alegría, la fiesta y el buen vino han logrado meterle en su cuerpo…

Els dançants de ForcallEls dançants de Forcall. Autor, CHERVET

Las más hermosas de las antiguas danzas procesionales forcallanas son la dels dansans, de les gitanetes, dels negrets o les varetes, dels llauradors y les llauradoretes. De entre todas, la primera es la dels dansans, que Gonzalo Puerto hace nacer entre los siglos XIV y XVI.
Mosén Ejarque, en su libro Historia de Ntra. Sra. de la Balma, publica referencias no sólo a las danzas de Zorita y La Balma, sino a las de otros pueblos. Así afirma que en 1654 los de Zorita prestaban a los de Forcall “plumas y cascabeles” para sus danzantes.
Estas danzas se interpretan anualmente en las procesiones de las fiestas patronales, y también en alguna solemne ocasión, aunque no siempre se reproducen de igual manera.
San Vito –como le llaman los habitantes- tiene dos procesiones: por una parte, la entrada por el Calvario, ya cerrada la noche; músicas de gaita y tamboril acompañan largas filas de hachones encendidos que esparcen una luz mortecina sólo quebrada por los estampidos de cohetes con que se recibe al santo en la plaza mayor. Es entonces cuando el armat –legionario romano con casco, escudo y armadura, empuñando una larga espada- saluda con una hermosa loa al santo, que militó en el ejército de los Césares. En esta procesión se baila el calvari, a parelles y voltat i crusat.
Por otra parte, se celebra la procesión general la tarde del día de San Víctor, en la que els dansants bailan en medio del cortejo al toque de la dulzaina. En la cercavila que tiene lugar al mediodía de cada jornada de fiesta, los danzantes, sólo hombres y desfilando en parejas, acompañan a los mayorales y autoridades en el recorrido por la calles de la villa para recaudar limosnas de los devotos, a fin de sufragar los gastos de los festejos. Ejecutan bailes rápidos, tañendo las castañuelas con un seco retoque, monocorde y sin adornos, y con movimientos de pies que recuerdan a algunas jotas. En sus evoluciones los danzantes se cruzan, avanzan o retroceden lo mismo de espaldas que de frente y forman círculos, se emparejan o mezclan.
Es muy llamativa su indumentaria: calzón corto blanco recubierto por una enagua del mismo color y falda; las medias acostumbran a ser blancas, si bien pueden servirse de otras azul claro o grises; calzan las alpargatas valencianas, confeccionadas en el propio Forcall –famosísimo otrora por sus industrias de artesanía alpargatera-; la camisa es también blanca, y adornan la espalda y el extremo del calzón con cintas de distintos colores, que penden o revolotean según estén en movimiento o en reposo. Tocan la cabeza con un pañuelo, de color rojo el día de San Víctor Mártir, y de otro distinto las otras jornadas. Finalmente, se cubren las rodillas con un mantón de Manila atado a la cintura, cuya punta cae como un delantal.

Les gitanetes de ForcallLes gitanetes de Forcall. Autora, pakifuster

A esta danza, la más importante de la villa de Forcall, la acompaña en la procesión otra totalmente femenina: les gitanetes. Las muchachas jóvenes que la integran hacen acopio de cuanto ornamento les es dado encontrar escudriñando por los arcones viejos de las casas. Su indumentaria está formada por un ajustado corpiño y faldas de seda, con dibujos, amplias, garbosas y largas hasta cubrir los tobillos. La mozas visten los mejores mantones de Manila del pueblo –y no hay casa que no lo tenga-, que, caído sobre sus hombros, cruzan por el pecho y dejan suelta la punta en la espalda. Completan su atuendo con media de algodón blanca y alpargatas del país. El barrero, que sostiene el astil del que penden las cintas que entraman la danza, viste traje típico baturro: chaleco de merino, faja de lana y calzón negro, camisa y medias de algodón blancas, con alpargatas de las que salen unas largas cintas que se atan altas en la pierna; en su cabeza un sombrero de paja con cintas. Les gitanetes bailan al toque de la dulzaina, conjuntamente con els dansans. Son ocho, emplazadas por mitad a uno y otro lado del barrero, sosteniendo en la mano interior la cinta, con la que tejerán y destejerán el astil cientos de veces en una especie de juego colorista y divertido.

DolçainaDolçaina. Autor, Vicent Granell


Traducció al valencià:

De les danses i el folklore de Castelló: Forcall

Forcall és una xicoteta vila, cabussada en un ampla vall i protegida per les moles que s’alcen al seu voltant com a imponents sentinelles. Tres rius s’ajunten en la vall, i la població es queda entre dos de les pues de la gran forca que dibuixen.
Forcall abunda en danses i tradicions religioses, i les seues festes dedicades a Nostra Senyora de la Consolació- l’ermita de la qual corona un tossal entre els rius Caldes i Bergants- i a Sant Víctor – es guardava el seu cos fins que va ser profanat en la guerra civil- se celebren cada any en la primera quinzena de setembre.
En esta població es balla com en pocs llocs el ball pla al voltant del cremaller. És un ball a l’abast de tot el món, sense massa prescripcions que atendre, ni exquisitats en els seus moviments ràpids, accelerats, endiablats per l’agilitat que imprimeix el ritme dels peus. Se’l coneix també com ball de Sant Vito, encara que ignorem si tindrà alguna cosa a veure amb la malaltia d’este mateix nom, per més que els dansaires, hòmens i dones, li imprimeixen una vertiginosa mobilitat en les carreres per la plaça i els carrers adjacents.
Però, deriva este ball rodat de certs ritus nigromàntics de l’Edat Mitjana? És admissible la hipòtesi, si reparem que molts d’estos costums ancestrals tenen a veure amb el món misteriós dels segles foscos de l’alta Edat Mitjana, amb les seues devocions, que alguna vegada es confonen amb supersticions. La veritat és que per estes terres el viatger trobarà multitud de coses xicotetes el providencialisme de les quals sorprèn i meravella: els ciris de la candelera que s’encenen en dies de tempestat en les cases, o les creuetes de romer beneit el Dia de Rams en les esglésies, que es posen no sols en els balcons de les cases, sinó en els mateixos bladars…
El musicòleg Juan Amades va escriure fa anys en un article una interessant interpretació del ball pla, tal com a Forcall haguera pogut originar-se, si bé les traces de la seua descripció s’han perdut ja en bona part. “En algunos lugares del Maestrazgo –en tot l’article es confon Maestrat per la comarca de Morella- la víspera de la fiesta por la noche, como en el Pallars, salían a bailar mozos y mozas: ellos vestidos de manera extravagante y muy tiznados de cara, y ellas con un poco de bermellón. Divididos en dos hileras y una a cada lado de la calle recorrían la población hasta el amanecer, repiqueteando castañuelas, con lo que debieron en su tiempo tratar de ahuyentar los espíritus malignos, señores de la noche, que tratasen de malograr y estorbar las ceremonias propias de la fiesta. El disfraz extravagante y el tiznado contribuían y ayudaban la acción del ruido de las castañuelas y del conjunto de la danza”.
Ara, quan s’executa el ball pla, els hòmens no s’emmascaren, ni hi ha cridòria, ni sonen castanyoles esvalotades, ni les dos fileres de dansaires el fan tan separat, ni ningú per descomptat espanta altres esperits que els que l’alegria, la festa i el bon vi han aconseguit ficar-li en el seu cos…
Les més belles de les antigues danses processionals forcallanes són la dels dansans, de les gitanetes, dels negrets o les varetes, dels llauradors i les llauradoretes. D’entre totes, la primera és la dels dansans, que Gonzalo Puerto fa nàixer entre els segles XIV i XVI.
Mossén Ejarque, en el seu llibre Historia de Ntra. Sra. de la Balma, publica referències no sols a les danses de Sorita i La Balma, sinó a les d’altres pobles. Així afirma que en 1654 els de Sorita prestaven als de Forcall “plomes i cascavells” per als seus dansaires.
Estes danses s’interpreten anualment en les processons de les festes patronals, i també en alguna solemne ocasió, encara que no sempre es reproduïxen de la mateixa manera.
Sant Vito – com l’anomenen els habitants- té dos processons: d’una banda, l’entrada pel Calvari, ja tancada la nit; músiques de gaita i tamborí acompanyen llargues files d’atxes enceses que escampen una llum esmorteïda només trencada pels llampecs dels coets amb què es rep el sant en la plaça major. És llavors quan l’armat – legionari romà amb casc, escut i armadura, empunyant una llarga espasa- saluda amb una bella lloa al sant, que va militar en l’exèrcit dels Cèsars. En esta processó es balla el calvari, a parelles i voltat i crusat.
D’altra banda, se celebra la processó general la vesprada del dia de Sant Víctor, en la que els dansants ballen enmig del seguici al toc de la dolçaina. En la cercavila que té lloc al migdia de cada jornada de festa, els dansaires, només hòmens i desfilant en parelles, acompanyen els majorals i autoritats en el recorregut pels carrers de la vila per a recaptar almoines dels devots, a fi de sufragar les despeses dels festejos. Executen danses ràpides, tocant les castanyoles amb un sec retoc, monòton i sense adorns, i amb moviments de peus que recorden a algunes jotes. En les seues evolucions els dansaires s’encreuen, avancen o retrocedixen el mateix d’esquena que de front i formen cercles, s’emparellen o mesclen.
És molt cridanera la seua indumentària: calçó curt blanc recobert per una enaigua del mateix color i falda; les calces acostumen a ser blanques, si bé poden servir-se d’altres blau clar o grises; calcen les espardenyes valencianes, confeccionades en el propi Forcall –famosíssim en altre temps per les seues indústries d’artesania espardenyera-; la camisa és també blanca, i adornen la esquena i l’extrem del calçó amb cintes de distints colors, que pengen o revolegen segons estiguen en moviment o en repòs. Toquen el cap amb un mocador, de color roig el dia de Sant Víctor Màrtir, i d’un altre distint les altres jornades. Finalment, es cobreixen els genolls amb un mantó de Manila lligat a la cintura, la punta del qual cau com un davantal.
A esta dansa, la més important de Forcall, l’acompanya en la processó una altra totalment femenina: les gitanetes. Les xiques jóvens que la integren fan arreplega de tot allò d’ornament que es puguen trobar escodrinyant pels baguls vells de les cases. La seua indumentària està formada per un ajustat cosset i faldes de seda, amb dibuixos, àmplies i llargues fins a cobrir els turmells. A més, lluïxen els millors mantons de Manila del poble – i no hi ha casa que no el tinga-, que, caigut sobre els seus muscles, creuen pel pit i deixen solta la punta en l’esquena. Completen la vestimenta amb calça de cotó blanca i espardenyes del país. El barrero, que sosté el mànec d’on pengen les cintes que enramen la dansa, porta vestit típic aragonés: jupetí de merí, faixa de llana i calçó negre, camisa i calces de cotó blanques, amb espardenyes de llargues cintes que es lliguen altes en la cama; al cap un barret de palla amb cintes. Les gitanetes ballen al só de la dolçaina, conjuntament amb els dansans. Són huit, emplaçades per mitat a l’un i l’altre costat del barrero, sostenint en la mà interior la cinta, amb la que teixiran i desfaran el mànec centenars de vegades en una espècie de joc colorista i divertit.


Fotografía de portada: Vista de Forcall. Autor, CHERVET