En la zona de Els Ports podemos encontrar numerosos vestigios que nos hablan de un pasado remoto y espectacular. Y es que los afloramientos de arcilla roja que aparecen en diversos municipios como Vallibona, Cinctorres, Zorita o Morella, y que se han explotado desde antiguo para la industria cerámica, llevan a quien sepa leerlas más allá de la historia escrita y la propia estela del hombre. Sus abundantes fósiles indican que lo que hoy conocemos como comarca de Els Ports era en el Cretácico inferior, hace unos 120 millones de años, una zona de pantanos, ciénagas y lagunas litorales de clima tropical. En las aguas turbias y fétidas nadaban incontables especies de peces, tortugas o cocodrilos, mientras que ocultos entre una lujuriante vegetación de coníferas y helechos deambulaban impertérritos los gigantes de aquella época: dinosaurios.

Carcharodontosaurus. Autor, Nobu Tamura

Vallibona, sobre el río Cérvol. Autor, Xufanc

Los yacimientos se encuentran hoy esparcidos por las localidades de Morella, Cinctorres, Vallibona y La Todolella, y sus tesoros incluyen restos de dinosaurios como el Iguanodon, de costumbres ramoneadoras, o el imponente Megalosaurus, un carnívoro de 9 metros que corría en pos de sus víctimas sobre sus potentes patas posteriores. Pero el rey de las bestias en la zona fue sin duda una forma cercana al Lagarto tiburón blanco, o Carcharodontosaurus, nombre de connotaciones siniestras. Esta bestia coincidía en apariencia y hábitos con los del famoso Tyrannosaurus norteamericano, aunque le superaba al menos en 2 metros de longitud. Su cabeza, más grande que el protagonista de Jurasic Park, y su cerebro mucho más pequeño, nos indica por otro lado un carácter arisco y poco dialogante, más propio de nuestras peores pesadillas que de los áridos inventarios de la ciencia paleontológica.

Escultura de un Iguanodon en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Valencia. Autor, Looiz