El "Churro", un lenguaje en vías de extinción

El «Churro», un lenguaje en vías de extinción

Dicen los entendidos (y no es poco en estos días entender de algo) que el lenguaje nace, se desarrolla y fructifica con una variedad inmensa de dialectos y modismos, solo catalogables mediante el método que, por ejemplo, un naturalista aplica a las plantas y animales de su entorno inmediato. Es así como podemos abordar identidades culturales tan ricas y cargadas de historia como la «lengua churra», un conjunto de dialectos utilizados antaño en diversas comarcas del interior valenciano y castellonense, así como en zonas del Maestrazgo de Teruel.

Puente sobre el rio Mijares. Autor, Mark

Puente sobre el río Mijares. Autor, Mark

Hoy en día están referenciados hasta 128 municipios donde se utilizó con profusión la lengua churra. Y no sin orgullo: hasta los habitantes de la comarca valenciana de La Serranía se llaman a sí mismo «churros» o «churricos»… El churro tiene por cierto un curioso origen, pues se cree que los habitantes de Alpuente, con una lengua similar a la utilizada en el sur de Aragón, no sabían pronunciar el «Yo juro» al acatar las leyes traídas por el Conquistador tras la ocupación de Valencia. En vez de decir «Jo jur» pronunciaban «Churro», y así queda reflejado en diversos documentos históricos encontrados en el castillo de la villa. Es solo una de las numerosas teorías existentes, por supuesto, lo que complica todavía más la adopción de estándares fiables para el estudio de este curioso lenguaje.

Panorámica de Gúdar. Autor, Hotel Gúdar

Panorámica de Gúdar. Autor, Hotel Gúdar

La fonética y el léxico, asimismo, varían según el área trabajada. En las comarcas más norteñas, como el Alto Palancia o el Alto Mijares, existe una clara similitud con el idioma aragonés debido a la procedencia de las gentes traídas por Jaume I para su repoblación. Palabras como jada (azada, en aragonés xada) o hiemo (estiércol, en aragonés fiemo) refuerzan esta suposición. Por contra, en las comarcas más meridionales la influencia valenciana es claramente perceptible en vocablos como bufar (soplar), bajoca (un tipo de judía verde) o cambra (buhardilla).

Sea cual sea el origen o la riqueza aportada, lo cierto es que el lenguaje churro está a punto de desaparecer víctima de la presión del castellano, y la desidia e incomprensión de unas instituciones que no hacen nada por evitarlo. Parece que a nadie importa que comarcas enteras como Los Serranos, el Alto Palancia y Mijares, la Hoya de Buñol-Chiva, el Rincón de Ademuz o Gúdar-Javalambre fueran hasta no hace mucho salvaguarda de unos modos de expresión enormemente extendidos, pero que hoy solo las personas más mayores consiguen recordar. Afortunadamente, gracias al trabajo minucioso (casi diríamos arqueológico) mantenido con tesón por personas como Toni Porta, encargado del proyecto «Lengua Churra» y de su blog homónimo, muchos de estos términos y expresiones van saliendo poco a poco a la luz. Todo un brindis a la idiosincrasia y al carácter de unas gentes que, o mucho nos esforzamos por cambiar, o terminaremos relegándolos al poco atractivo rincón del olvido.

Cascada en el Río Palancia. Autor, Manel

Cascada en el Río Palancia. Autor, Manel

Para leer y aprender más, mucho más, sobre esta lengua, visitad el blog de «Lengua Churra»: http://lenguachurra.blogspot.com.es/