Va avanzando febrerillo loco, y en medio de días ventosos y fríos llega por fin el tiempo de los carnavales, las fiestas en las que el desenfreno campa a sus anchas en multitud de ciudades y pueblos de todo el mundo. La provincia de Castellón no es ajena a estos días de mascarada, y así son célebres por ejemplo los carnavales que se celebran en Alcalà de Xivert o en el Grao de Castellón… Pero quizás es el de Vinaròs, en la comarca del Baix Maestrat, el que goza de mayor consideración tanto en ámbito regional como nacional, de modo que a él nos referiremos en las próximas lineas y, sobre todo, en la segunda parte del post que hoy os presentamos.

Detalle del carnaval. Autor, Azahar

Parece ser que el origen de la palabra carnaval procede de la Alta Edad Media, cuando la Iglesia Católica propuso denominar a estos días previos a la Cuaresma «carne-levare«, una expresión latina que significa “abandonar la carne”. De forma tan explícita se recordaba así a los fieles su obligación de evitar el consumo de carne durante los viernes previos a la Pasión y Resurrección de Cristo. El problema es que el carnaval ya era conocido desde mucho antes, y no precisamente como una apología de abstinencia y sacrificio… Cualquiera sabe que los carnavales fueron en su origen fiestas paganas que muchos pueblos celebraban en honor a su panteón politeísta, y también que los romanos fueron probablemente los más duchos en el arte del jolgorio ritual.

Detalle de la costa de Vinaròs. Autor, Ruedisfotos

No hay que ser muy lúcido para encontrar pinceladas de esta fiesta en algunas de las celebraciones romanas más sonadas: durante las Saturnales, por ejemplo (que ellos celebraban en fechas navideñas), todo lo prohibido dejaba de serlo y las normas eran violadas sistemáticamente al tiempo que el vino corría en las mesas como agua de mayo. Los prisioneros recuperaban su libertad, los esclavos portaban máscaras y se convertían en señores mientras el dueño pasaba a ser siervo y les obedecía. También estaba permitido que las mujeres consumiesen vino, cosa que debían evitar el resto del año si no querían exponerse a un altercado conyugal (de aquella época viene la costumbre del marido de besar a su esposa en la boca al llegar a casa, y que entonces era un método seguro para cerciorarse de que no había bebido).

Celebración de las Saturnales. Obra de Jakob Jordaens (1640-1645)

A pesar de la antigüedad de los carnavales, lo cierto es que el de Vinaròs comienza a rodar muchos siglos más tarde: la primera referencia segura corresponde al año 1871 con motivo de la realización de un baile de máscaras. A partir de entonces el carnaval de Vinaròs fue consolidándose de forma espontánea atrayendo a un número cada vez mayor de seguidores. Este apego llegó a extremos curiosos en los años posteriores a la guerra civil, puesto que en 1939 el carnaval fue prohibido al completo. Sin embargo, contraviniendo todas las ordenanzas (y con la permisividad de unas autoridades que hacían la vista gorda) los vecinos siguieron disfrazándose y festejando las antiguas mascaradas paganas, lo que contribuyó a consolidar definitivamente una de las celebraciones más importantes de la región: está considerada como de Interés Turístico Regional/Autonómico desde 2007, y es una seria aspirante a alcanzar la categoría de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Continuará…

Desfile de carnaval en Vinaròs. Autor, José Gozalvo