Descubriendo al halcón peregrino (Falco peregrinus)
Si el guepardo ocupa el primer puesto en el ranking de velocidad de la fauna terrestre del planeta, en el aire le gana el vertiginoso vuelo del halcón peregrino, el animal más veloz de la Tierra.
Esta cualidad se debe a sus potentes músculos pectorales y a un efectivo método de caza: cuando localiza a sus presas, a veces a varios kilómetros de distancia, pliega hacia atrás las alas y la cola y se lanza en picado, acelerándose hasta alcanzar más de 300 km/hora para atrapar a su presa en el aire antes de que tenga alguna posibilidad de huir.
Para evitar el daño que la diferencia de presión atmosférica a esas velocidades podría causar en sus pulmones, presenta unos pequeños tubérculos óseos en las fosas nasales que redirigen las ondas de choque del aire y le permiten respirar más fácilmente mientras realiza el picado.
Junto a la velocidad, la aguda vista del halcón, incluso con poca luz, es la cualidad que lo convierte en un eficiente cazador. Y para proteger sus ojos, oscuros y rodeados por un anillo ocular amarillo, los halcones poseen adaptaciones como las membranas nictitantes (terceros párpados) que mueven constantemente para eliminar las partículas que puedan penetrar con el aire y mantener clara la visión.
El animal más veloz de la Tierra
La presa es golpeada en pleno vuelo con la garra apretada, atontándola o matándola, y capturada en el aire con un corto pero poderoso pico. En el caso de que sea demasiado pesada para él, la deja caer a tierra y la despluma antes de comérsela.
El halcón es un especialista en la caza de aves de todos los tamaños, desde reyezuelos hasta garzas reales o gansos, aunque sus presas más comunes son varias especies de palomas (bravía, torcaz, zurita), tórtolas, zorzales, mirlos, estorninos, perdices, gaviotas…, que formarán parte de su dieta en relación directa con su abundancia en el hábitat de la rapaz.
Por sus especiales cualidades para la caza, el halcón peregrino se usa en la cetrería desde hace más de 3.000 años, cuando empezaron a utilizar sus servicios los nómadas de Asia Central en una simbiosis entre ser humano, ave y caballo. La cetrería, caza con rapaces, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa, fue una práctica muy extendida en la Edad Media, ligada a la nobleza y a los señores pero acabó en desuso con el progreso de las armas de fuego. Uno de sus mayores expertos, Félix Rodríguez de la Fuente, la definió como «la primera vez en que el hombre no sometió al animal al yugo y al látigo». En 2010, la Unesco declaró la cetrería Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
También se aprovecharon las habilidades de halcones y cetreros durante la Segunda Guerra Mundial, para interceptar a palomas mensajeras. Actualmente se usan en ocasiones para mejorar la seguridad del tráfico aéreo, espantando aves en aeropuertos para reducir el riesgo de impactos contra los aviones, como se hizo en el aeropuerto de Castellón aunque entonces aún no tenía aviones… y como un sistema alternativo de control biológico en la agricultura, ahuyentando a las aves que dañan los cultivos.
El arte de la cetrería. Autor, Leanmar1
El halcón peregrino es un ave cosmopolita y sólo hay tres lugares en la Tierra en los que no se encuentra: La Antártida, Nueva Zelanda e Islandia. No sólo es rápido, también puede viajar largas distancias durante la migración, llegando a estimarse desplazamientos de 500 kilómetros al día. Quizás de ahí el nombre de “peregrino” como sinónimo de viajero. En la Península y Baleares es residente, aunque llegan migrantes del norte de Europa para invernar.
En general, no es un ave muy exigente a la hora de instalarse; le basta con disponer de espacios abiertos en los que cazar, presas abundantes y algún lugar apropiado para ubicar el nido, como un cortado rocoso, un talud arenoso o incluso un edificio. Con estos requerimientos ocupa ampliamente nuestro territorio y se pueden encontrar peregrinos casi en cualquier ecosistema: terrenos abiertos y cultivados, roquedos, marjales, áreas costeras e, incluso en las ciudades donde se ha adaptado a la vida en grandes urbes, como Madrid, y también en Castellón.
Es una rapaz robusta de tamaño medio, con una longitud de hasta 50 cm y una envergadura de hasta 100 cm y especie con un acusado dimorfismo sexual, siendo las hembras considerablemente mayores y más pesadas que los machos.
A partir de los dos años de edad se aparean de por vida tras un cortejo en el que los machos realizan toda una gama de acrobacias y espirales aéreas. Y ya a lo largo de febrero se pueden observar los ruidosos vuelos nupciales de las parejas de halcones.
Una vez seleccionado el emplazamiento para el nido, al que suelen ser fieles, la hembra deposita directamente sobre el suelo tres o cuatro huevos de color crema, moteados de rojizo. Los dos progenitores se encargan de la incubación, si bien es la hembra la que dedica más tiempo a esta tarea y a la de alimentar a los pollos, mientras el macho abastece continuamente de presas el nido ya que los polluelos son muy voraces, llegando a duplicar su peso en sólo seis días.
Los jóvenes completarán su desarrollo en 35-42 días y se independizarán totalmente a los dos meses de realizar sus primeros vuelos de prueba.
Entre polluelos
Aunque actualmente no presenta graves problemas de conservación, esta especie ha sufrido durante tiempo el expolio de sus nidos (huevos y pollos) y la persecución por parte de colombicultores a los que arrebataban las palomas. Entre los años 1950 y 1970 las poblaciones de halcón peregrino prácticamente desaparecieron de territorios como Norteamérica o Finlandia a causa de los pesticidas utilizados en la agricultura, cuyos residuos les llegaban a través de la cadena alimentaria. Algunos de ellos, como el DDT, provocaban una pérdida de calcio en los huevos que hacía sus cáscaras delgadas y tan frágiles que se rompían cuando los padres trataban de incubarlos, malogrando todas las puestas y llevando a la especie al borde de la desaparición.
También incide en la población la competencia con otras rapaces y la predación porque, a pesar de sus habilidades naturales, polluelos y jóvenes son presa de aves de mayor tamaño, como el búho real, especie que suele compartir hábitat con el halcón peregrino. Pero, a pesar de que tienen una alta tasa de mortalidad, pueden vivir hasta 15 años.
Protegiéndose de nuestro mundo
El halcón era ya un ave venerada por los egipcios con la que representaban a Hor (Horus) el dios celeste considerado el padre de la civilización egipcia.
Horus era personificado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, y como un disco solar con alas de halcón desplegadas, sobre las puertas y en las salas de los templos.
El símbolo jeroglífico del halcón posado sobre una percha se empleó, desde la época predinástica, para representar la idea de dios, y la forma de su ojo, en la escritura jeroglífica significa “ver” en clara alusión a su proverbial vista.
El culto a Horus se extendió por el Mediterráneo, vinculado a su madre la diosa Isis y destaca la veneración que alcanzó en la Antigua Grecia, en la forma de halcón y como amuleto protector relacionado con la divinidad, el llamado «Ojo de Horus» o Udyat, de gran popularidad en el Antiguo Egipto; potenciaba la vista, remediaba las enfermedades oculares, contrarrestaba los efectos del «mal de ojo» y protegía a los difuntos. Como talismán simboliza la salud, la prosperidad y la capacidad de renacer y se sigue utilizando en la actualidad en diversas religiones en todo el mundo.
Horus “el lejano“, “el elevado“, es ante todo el gran señor de los cielos, como lo es el halcón que lo representa.
Horus y más Horus
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Traducció al valencià:
Descobrir a la falcó pelegrí (Falco peregrinus)
Si el guepard ocupa el primer lloc en el rànquing de velocitat de la fauna terrestre del planeta, en l’aire li guanya el vertiginós vol del falcó pelegrí, l’animal més veloç de la Terra.
Esta qualitat es deu als seus potents músculs pectorals i a un efectiu mètode de caça: quan localitza a les seues preses, de vegades a varis quilòmetres de distància, plega cap arrere les ales i la cua i es llança en picat, accelerant-se fins a arribar a més de 300 km/hora per a atrapar a la seua presa en l’aire abans que tinga alguna possibilitat de fugir.
Per a evitar el dany que la diferència de pressió atmosfèrica a eixes velocitats podria causar-li als pulmons, presenta uns xicotets tubèrculs ossis en les fosses nasals que redirigeixen les ones de xoc de l’aire i li permeten respirar més fàcilment mentres realitza el picat.
Junt amb la velocitat, l’aguda vista del falcó, inclús amb poca llum, és la qualitat que el convertix en un eficient caçador. I per a protegir els seus ulls, foscos i rodejats per un anell ocular groc, els falcons tenen adaptacions com les membranes nictitants (terceres parpelles) que mouen constantment per a eliminar les partícules que puguen penetrar amb l’aire i mantindre clara la visió.
La presa és colpejada en ple vol amb l’urpa ajustada, atordint-la o matant-la, i capturada en l’aire amb un curt però poderós bec. En el cas que siga massa pesada per a ell, la deixa caure a terra i li treu les plomes abans de menjar-se-la.
El falcó és un especialista en la caça d’aus de totes les grandàries, des de reietons fins a agrons blaus o oques, encara que les seues preses més comunes són diverses espècies de coloms (roquer, xixella, tudó), tórtores, tords, merles, estornells, perdius, gavines…, que formaran part de la seua dieta en relació directa amb la seua abundància en l’hàbitat del rapinyaire.
Per les seues especials qualitats per a la caça, el falcó pelegrí s’usa en la falconeria des de fa més de 3.000 anys, quan van començar a utilitzar els seus servicis els nòmades de l’Àsia central en una simbiosi entre ser humà, au i cavall. La falconeria, caça amb rapinyaires, especialment amb falcons, astors i altres aus de presa, va ser una pràctica molt estesa en l’Edat Mitjana, lligada a la noblesa i als senyors però va acabar en desús amb el progrés de les armes de foc. Un dels seus majors experts, Félix Rodríguez de la Fuente, la va definir com «la primera vegada en què l’home no va sotmetre l’animal al jou i al fuet». En 2010, la UNESCO va declarar la falconeria Patrimoni Cultural Immaterial de la Humanitat.
També es van aprofitar les habilitats de falcons i falconers durant la Segona Guerra Mundial, per a interceptar coloms missatgers. Actualment s’usen de vegades per a millorar la seguretat del trànsit aeri, espantant aus en aeroports per a reduir el risc d’impactes contra els avions, com es va fer en l’aeroport de Castelló encara que llavors encara no tenia avions….. i com un sistema alternatiu de control biològic en l’agricultura, espantant les aus que danyen els cultius.
El falcó pelegrí és un au cosmopolita i només hi ha tres llocs en la Terra en què no es troba: L’Antàrtida, Nova Zelanda i Islàndia. No sols és ràpid, també pot viatjar llargues distàncies durant la migració, arribant a estimar-se desplaçaments de 500 quilòmetres al dia. Potser d’ací el nom de “pelegrí” com sinònim de viatger. En la Península i Balears és resident, encara que arriben migrants del nord d’Europa per a hivernar.
En general, no és un au molt exigent a l’hora d’instal·lar-se; te suficient amb espais oberts on caçar, preses abundants i algun lloc apropiat per a ubicar el niu, com un tallat rocós, un talús arenós o inclús un edifici. Amb estos requeriments ocupa àmpliament el nostre territori i es poden trobar pelegrins quasi en qualsevol ecosistema: terrenys oberts i cultivats, roquerars, marjals, àrees costaneres i, inclús en les ciutats on s’ha adaptat a la vida en grans urbs, com Madrid i també a Castelló.
És un rapinyaire robust de grandària mitjana, amb una longitud de fins a 50 cm i una envergadura que pot arribar als 100 cm i espècie amb un pronunciat dimorfisme sexual, sent les femelles considerablement majors i més pesades que els mascles.
A partir dels dos anys d’edat s’aparellen per a tota la vida després de cortejar a les femelles fent tot un seguit d’acrobàcies i espirals aèries. I ja al llarg de febrer es poden observar els sorollosos vols nupcials de les parelles de falcons.
Una vegada seleccionat l’emplaçament per al niu, a què solen ser fidels, la femella posa directament sobre el sòl tres o quatre ous de color crema, clapats de rogenc. Els dos progenitors s’encarreguen de la incubació, si bé és la femella la que dedica més temps a esta tasca i a la d’alimentar als polls, mentres el mascle abasteix contínuament de preses el niu ja que els pollets són molt voraços, arribant a duplicar el seu pes en només sis dies.
Els jóvens completaran el seu desenrotllament en 35-42 dies i s’independitzaran totalment als dos mesos de realitzar els seus primers vols de prova.
Encara que actualment no presenta greus problemes de conservació, l’espècie ha patit durant temps l’espoli dels seus nius (ous i polls) i la persecució per part de colombaires als qui arrabassaven els coloms. Entre els anys 1950 i 1970 les poblacions de falcó pelegrí pràcticament van desaparéixer de territoris com Amèrica del Nord o Finlàndia a causa dels pesticides utilitzats en l’agricultura, els residus dels quals hi arribaven a traves de la cadena alimentària. Alguns d’ells, com el DDT, provocaven una pèrdua de calci en els ous que feia les seues closques primes i tan fràgils que es trencaven quan els pares tractaven de covar-los, malmetent totes les postes i portant a l’espècie al límit de la desaparició.
També incidix en la població la competència amb altres rapinyaires i la predació perquè, a pesar de les seues habilitats naturals, pollets i jóvens són presa d’aus més grans, com el duc, espècie que sol compartir hàbitat amb el falcó pelegrí. Però, a pesar que tenen una alta taxa de mortalitat, poden viure fins a 15 anys.
El falcó era ja un au venerada pels egipcis amb què representaven a Hor (Horus) el déu celeste considerat el pare de la civilització egípcia.
Horus era personificat com un falcó o un home amb cap de falcó, i com un disc solar amb ales de falcó desplegades, sobre les portes i en les sales dels temples. El símbol jeroglífic del falcó posat sobre una perxa es va emprar, des de l’època predinàstica, per a representar la idea de déu, i la forma del seu ull, en l’escriptura jeroglífica significa “veure” en clara al·lusió a la seua proverbial vista.
El culte a Horus es va estendre pel Mediterrani, vinculat a sa mare la deessa Isis i destaca la veneració que va tenir en l’Antiga Grècia, en la forma de falcó i com a amulet protector relacionat amb la divinitat, l’anomenat «Ull d’Horus» o Udyat, de gran popularitat en l’Antic Egipte; potenciava la vista, remeiava les malalties oculars, contrarestava els efectes del «mal d’ull» i protegia als difunts. Com a talismà simbolitza la salut, la prosperitat i la capacitat de renàixer, i es continua utilitzant en l’actualitat en diverses religions en tot el món.
Horus “el llunyà“, “l’elevat“, és sobre tot el gran senyor dels cels, com ho és el falcó que el representa.
[…] talismán capaz de atraer el éxito y la fortuna, remediar los dolores de cabeza y el reuma, proteger del mal […]