Recorriendo Culla. La vida en las masías de L'Alt Maestrat (2ª Parte)

Recorriendo Culla. La vida en las masías de L’Alt Maestrat (2ª Parte)

Las masías existentes en Culla son, por regla general, construcciones rurales de dimensiones amplias, ya que están destinadas a albergar una familia cuyos medios de subsistencia son la agricultura, la ganadería y las actividades forestales. Acostumbran a situarse sobre suelos rocosos, junto a las tierras de labor y algo separadas del bosque. La edificación principal es la casa-habitación, que destaca sobre las restantes. De estructura sencilla y austera, estos edificios se adaptaban admirablemente al medio físico (media montaña), a los elementos climáticos de la zona y a la especialización de cada casa. Su arquitectura es el arte de la sencillez por excelencia, con pocas licencias al ornamento: algún reloj de sol y rarísimos portales de medio punto. En las jambas, o en el dintel de piedra de algunas de estas puertas, pueden hallarse escudos o inscripciones alusivas al propietario de la casa o a la fecha en que se edificó.

Vista de Culla. Autor, Manel

Vista de Culla. Autor, Manel

El apogeo en la construcción rural familiar se produjo durante el siglo XVIII, de tal manera que la mayoría de las masías que se conservan en la actualidad corresponde a dicha época. Y el sistema constructivo es el tradicional del entramado de madera, que se sustenta sobre paredes maestras. Para su edificación se utilizaban piedras superpuestas y ligadas normalmente con mortero, un material obtenido a partir de arena de río, agua y cal. Las de las esquinas acostumbran a ser de sillería. El tejado es siempre de teja árabe y, en la mayor parte de los casos, a doble vertiente. Existía la costumbre de colocar gruesas piedras en los extremos inferiores y laterales del tejado para evitar que, al no haber sido amorteradas, el fuerte viento pudiese levantar las tejas y ocasionar desperfectos.

Mas de Barredas. Autor, Virgili Verge Marcos

Mas de Barredas. Autor, Virgili Verge Marcos

La condición social y económica de los moradores de las masías determinaba tanto el número de estancias como el tamaño de las mismas. En la planta baja se alojan los servicios más elementales de la familia. Sobre todo una habitación que alberga la gran chimenea, y que se convierte así en el espacio principal haciendo las veces de cocina, comedor y sala de estar. Esta habitación posee un pequeño cuarto anejo destinado a despensa y, a veces, otro en el que se dispone el fregadero. Cuando no dispone de despensa se utiliza como tal un armario o bien una alacena. Completan esta planta el horno para cocer el pan (esporádicamente puede situarse en una construcción independiente), la cuadra de las caballerías y la bodega con la prensa de uva o aceite.

Continuará…