Castellón y su Vía Augusta. La vida cotidiana en tiempos del Imperio
Con una longitud de unos 1500 km, construida aprovechando antiguos caminos de época ibérica y dando lugar, a su paso, al crecimiento y consolidación de ciudades como Saguntum, Valentia o Lucentum (Alicante), la Vía Augusta llegó a ser el eje vertebrador del Mediterráneo Occidental. Fue una infraestructura de gigantescas proporciones para la época, a cuya sombra se aceleró además el proceso de romanización de las regiones que atravesaba, desde los Pirineos hasta Cádiz. Una vez sobrepasada La Junquera, en Girona, esta calzada tomaba el nombre de Vía Domitia y continuaba camino hacia la capital del Imperio bordeando el Mediterráneo francés y las tierras de Liguria y Toscana, haciendo válido a su paso aquel dicho tan conocido de «todos los caminos conducen a Roma». De su importancia mucho se ha escrito, pero quizás el mejor testimonio para comprender su papel capital en las comunicaciones y el intercambio cultural durante dos mil años sea que, aún hoy, la Vía Augusta sigue siendo el itinerario más importante para recorrer el este de España, y que hasta principios del siglo XX muchos tramos de la misma fueron utilizados regularmente por carros y caballerías, hasta que el asfalto acabó con ella en los años veinte durante la dictadura de Primo de Rivera.
Arco romano de Cabanes. Autor, Patronato provincial de turismo de Castellón
Todavía en Tarragona, la Vía Augusta deja el arrabal de Sant Joan del Pas y entra en Castellón atravesando el río Cénia, para dirigirse enseguida hacia el Cérvol y la villa de Traiguera. De norte a sur su recorrido aprovecha los valles más amplios, o directamente las tierras planas, fértiles y bien regadas que flanquean como una diadema de huertas el perfil del Mare Nostrum. Como no podía ser de otra forma tratándose de los diligentes romanos, esta calzada seguía siempre el recorrido más adecuado, evitando tanto el relieve montañoso del interior como los infectos marjales y ciénagas litorales, que por aquella época se extendían de forma casi continua a lo largo de toda la provincia (si exceptuamos el abrupto tramo que conforma la Serra d’Irta). La Jana, Les Coves de Vinromà, Vila-real y Burriana son solo algunas de las poblaciones que encontramos en su camino, y éstas, junto con el resto de las más importantes, formarán parte de una serie de reportajes que tienen como eje la vida en la provincia durante el Imperio Romano. Una época fascinante que, gracias a iniciativas como el reciente Plan Director de Recuperación de la Vía Augusta, comenzamos a atisbar en su verdadera dimensión.
Villa romana en Viver. Autor, viveelaltopalancia.blogspot
Se trata de un pasado que, de alguna forma, continúa grabado en el ancho y rectilíneo esqueleto de la Vía Augusta. También en la abundante huella romana surgida a la estela de su trazado: miliarios, aldeas, villas romanas y mansiones, monumentos honoríficos… Pocas provincias en España podrán presumir de poseer un currículum histórico semejante, y esta será la guía que nos marque, durante las próximas semanas, el camino a seguir en la recreación de esta época vibrante y vitalista.
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Fotografía de portada: Vía Augusta. Autora, Angela Llop
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[…] Con una longitud de unos 1500 km, construida aprovechando antiguos caminos de época ibérica y dando lugar, a su paso, al crecimiento y consolidación de ciudades como Saguntum, Valentia o Lucentum (Alicante), la Vía Augusta llegó a ser el eje vertebrador del Mediterráneo Occidental. Fue una… […]
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