papa luna peñiscola castellon

RUTA DEL PAPA LUNA

Esta figura histórica es una de las más grandes e incomprendidas de la Baja Edad Media española. Pedro Martínez de Luna fue querido y odiado a partes iguales. Independiente e indomable, su extraordinaria longevidad, le permitirá ser testigo y protagonista del devenir europeo en una época muy convulsa, primero como heredero de una noble dinastía y después como teólogo, cardenal y Pontífice. Y, finalmente, Antipapa y hereje  (Un hereje español en el trono de San Pedro: el papa Luna. Fernando José Sánchez Larroda)

Pedro Martínez de Luna nació en 1328 en Illueca (Zaragoza). Descendiente de la aristocrática Casa de Luna, de origen navarro-aragonés, era el segundo hijo de los señores feudales de Illueca, Gotor y Mariana, y como tal, según la tradición, su vida iba a estar destinada a la Iglesia.

En aquellos tiempos, la jerarquía eclesiástica estaba más aferrada al poder político que a la labor espiritual y los intereses políticos de diferentes países, luchando por controlar el poder eclesiástico y sus privilegios, provocaron el llamado Cisma de Occidente, una de las peores crisis de la Iglesia durante 50 años, a lo largo de los cuales llegaron a estar hasta tres papas a la cabeza de la cristiandad.

illueca zaragoza

Illueca (Zaragoza)

Su historia, y por ende la de Pedro Martínez de Luna, nos llevará por tres importantes localidades de la provincia con un protagonismo trascendental: Sant Mateu, Morella y Peñíscola.

En 1309 el papa Clemente V traslada la Santa Sede desde Roma a Aviñón (Francia), de forma provisional, para protegerse de la violencia que generaban las continuas luchas políticas. Alejada de las tramas durante más de 60 años, la Iglesia sufrió un afrancesamiento mal aceptado por los italianos que querían recuperar la sede romana.

En 1377 el papa Gregorio XI devuelve a Roma la sede papal, pero con su muerte renacen las tramas políticas y dos personajes se erigen como posibles sucesores: Bartolomeo Prignano y Roberto de Ginebra. Prignano, apoyado por gran parte de los cardenales, es nombrado papa con el nombre de Urbano VI, pero otra parte de cardenales disienten y, alegando irregularidades, nombran a Roberto de Ginebra como papa Clemente VII quien instala de nuevo la sede en Aviñón acompañado del cardenal Pedro Martínez de Luna como legado. La Iglesia se encuentra así con dos papas y dos sedes papales simultáneas, lo que da lugar al Cisma de Occidente.

A la muerte de ambos, les suceden Gregorio XII en Roma y Benedicto XIII (Pedro Martínez de Luna, el papa Luna) en Aviñón. Durante el Concilio de Pisa que pretendía acabar con el Cisma, los cardenales decidieron deponer a ambos y nombrar a un nuevo papa, Alejandro V, pero al no acatar los anteriores la resolución, la Iglesia quedó en manos de tres papas a la vez.

avignon francia

Avignon (Francia)

El acoso al que se vio sometida la sede de Aviñón obligó a Benedicto XIII a huir hacia tierras de la Corona de Aragón donde contaba con el respaldo del monarca y la corte, eligiendo para instalar su sede pontificia el castillo templario de Peñíscola, estratégicamente situado.

Llega primero a Sant Mateu, capital de El Maestrazgo y sede de la orden de Montesa, en 1411 y se instala en el palacio del Maestre de Montesa, fray Romeu de Corbera, hasta que concluyen las obras de acondicionamiento del castillo, siendo señor temporal de la población.

Establecido ya en su sede, el papa Luna volvió varias veces a esta ciudad para expedir numerosas bulas. En el año 1414, cuando ya Peñíscola era el epicentro de la cristiandad, se celebraron en Sant Mateu dos sesiones del concilio rabínico-cristiano conocido como La disputa de Tortosa que finalizaron con el bautismo de más de 3.000 judíos por el propio papa Luna en la Iglesia Arciprestal. En 1999 las obras de restauración de la parte románica de esta iglesia dejaron al descubierto precisamente la pila bautismal del siglo XIII que utilizó el papa en esta conversión masiva.

iglesia sant mateu

Interior de la Iglesia Arciprestal de Sant Mateu

Sant Mateu, repleto de hechos históricos, está hoy declarado Conjunto Histórico Artístico por su importante patrimonio medieval. Recorrer sus calles, palacios, murallas y mazmorras (Les Presons),  y  la Iglesia Arciprestal, joya de la arquitectura, es recorrer una buena parte de nuestra historia. De ella también forman parte, fuera del casco urbano, la Vía Augusta, los campos de olivos monumentales y el impresionante Racó del Frare, Paraje Natural Municipal que destaca por sus imponentes relieves de muelas y cinglos y en cuyo ámbito se localizan dos yacimientos arqueológicos: la Cova dels Ermitans, necrópolis prehistórica hoy destruida y el Abric de Bonanza con imprecisas pinturas rupestres y posibles grafitos ibéricos.

En 1414, el emperador alemán Segismundo convocó nuevo Concilio en Constanza (Alemania) para intentar resolver el Cisma. Estando ya convocado, Benedicto XIII se reunió en Morella con el rey Fernando I de Aragón y con fray Vicente Ferrer en las llamadas Converses de Morella, uno de los encuentros más importantes de la historia de esta localidad.  Durante casi dos meses, en el Convent de Sant Francesc, se intentó que el papa Luna renunciara a su cargo, pero volvió a Peñíscola sin abdicar, al considerarse el único papa legítimo. El Concilio de Constanza lo depuso, declarándolo hereje y cismático, y nombró como Pontífice a Martín V.

morella

Morella

Basilica de Santa Maria la Mayor, Morella

Basílica de Santa María la Mayor de Morella

Morella aparece al viajero poderosa, llenando el paisaje con su inconfundible silueta desde su posición estratégica en el entorno, coronada por el castillo y rodeada de murallas centenarias. Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la localidad ha sido protagonista de muchos episodios de la historia y asentamiento de diferentes civilizaciones desde la Prehistoria, como muestran las pinturas rupestres de Morella la Vella y varios yacimientos.

Millones de años antes del ser humano habitaron esta tierra diversas especies de dinosaurios, con el Iguanodón como protagonista, tesoros paleontológicos que se muestran en el museo Temps de Dinosaures junto con su más reciente e importante descubrimiento, el saurópodo Morelladon beltrani.

Peñíscola fue el último refugio del papa Luna. En su imponente castillo, Pedro Martínez de Luna, Benedicto XIII, el papa Luna, falleció en 1423 a los 95 años, tras haber sobrevivido a un intento de envenenamiento y sin haber renunciado jamás a lo que el consideraba su legítimo papado. Sus cardenales nombraron como sucesor a Clemente VIII que en 1429, en la Iglesia Arciprestal de Sant Mateu, renunció al papado ante el Nuncio del papa Martín V, finalizando así el Cisma de Occidente con ya sólo un único Pontífice a la cabeza de la iglesia católica.

peñiscola

Peñíscola

Peñíscola, sobre un tómbolo, avanzando hacia el mar como la proa de una poderosa nave gobernada por su castillo, está impregnada del espíritu del papa Luna, de sus leyendas y sus misterios que recorren las estrechas y empinadas calles protegidas por sus murallas. Un importante fragmento de historia que queda enmarcado por la gran belleza de los paisajes naturales de su entorno, como el Parque Natural de la Sierra de Irta cuyas laderas, cubiertas de vegetación mediterránea, descienden al mar formando calas y acantilados de gran atractivo, únicos en nuestra franja litoral.

La ciudad, uno de los pueblos más bonitos de España, se ha convertido en centro de visitas históricas y culturales, además de escenario de películas y series tan famosas como Juego de Tronos.

Recorrerla retrotrae sin duda al Medievo y a la figura del papa que se mantuvo en sus trece hasta el final de su vida.

papa luna peñiscola castellon

Estatua del Papa Luna en Peñíscola

 


Traducció al valencià:

RUTA DEL PAPA LUNA

Esta figura histórica es una de las más grandes e incomprendidas de la Baja Edad Media española. Pedro Martínez de Luna fue querido y odiado a partes iguales. Independiente e indomable, su extraordinaria longevidad, le permitirá ser testigo y protagonista del devenir europeo en una época muy convulsa, primero como heredero de una noble dinastía y después como teólogo, cardenal y Pontífice. Y, finalmente, Antipapa y hereje (Un hereje español en el trono de San Pedro: el papa Luna. Fernando José Sánchez Larroda)

Pedro Martínez de Luna va nàixer en 1328 en Illueca (Saragossa). Descendent de l’aristocràtica Casa de Luna, d’origen navarrés-aragonés, era el segon fill dels senyors feudals d’Illueca, Gotor i Mariana, i com a tal, segons la tradició, la seua vida estaria destinada a l’Església.

En aquells temps, la jerarquia eclesiàstica estava més aferrada al poder polític que a la labor espiritual i els interessos polítics de diferents països, lluitant per controlar el poder eclesiàstic i els seus privilegis, van provocar l’anomenat Cisma d’Occident, una de la pitjors crisi de l’Església durant 50 anys, al llarg dels quals van arribar a estar fins a tres papes al capdavant de la cristiandat.

La seua història, i per tant la de Pedro Martínez de Luna, ens portarà per tres importants localitats de la província amb un protagonisme transcendental: Sant Mateu, Morella i Peníscola.

En 1309 el papa Clemente V trasllada la Santa Seu des de Roma a Avinyó (França) de forma provisional per a protegir-se de la violència que generaven les contínues lluites polítiques. Allunyada de les trames durant més de 60 anys, l’Església va patir un afrancesament mal acceptat pels italians que volien recuperar la seu romana.

En 1377 el papa Gregorio XI torna a Roma la seu papal, però amb la seua mort renaixen les trames polítiques i dos personatges s’erigeixen com a possibles successors: Bartolomeo Prignano i Roberto de Ginebra.

Prignano, recolzat per gran part dels cardenals, és nomenat papa amb el nom d’Urbano VI, però una altra part de cardenals dissenteixen i, al·legant irregularitats, nomenen Roberto de Ginebra com a papa Clemente VII qui instal·la de nou la seu a Avinyó acompanyat pel cardenal Pedro Martínez de Luna com a Legat.

L’Església es troba així amb dos papes i dos seus papals simultànies, la qual cosa dóna lloc al Cisma d’Occident. A la mort d’ambdós, els succeïxen Gregorio XII a Roma i Benedicto XIII (Pedro Martínez de Luna, el papa Luna) a Avinyó.

Durant el Concili de Pisa que pretenia acabar amb el Cisma, els cardenals van decidir deposar a ambdós i nomenar un nou papa, Alejandro V, però al no acatar els anteriors la resolució, l’Església va quedar en mans de tres papes al mateix temps.

L’assetjament a què es va veure sotmesa la seu d’Avinyó va obligar Benedicto XIII a fugir cap a terres de la Corona d’Aragó on comptava amb el suport del monarca i la cort, triant per a instal·lar la seua seu pontifícia el castell templer de Peníscola, estratègicament situat.

Arriba primer a Sant Mateu, capital del Maestrat i seu de l’orde de Montesa, en 1411 i s’instal·la al palau del Mestre de Montesa, fra Romeu de Corbera, fins que conclouen les obres de condicionament del castell, sent senyor temporal de la població.

Establit ja en la seua seu, el papa Luna va tornar varies vegades a esta ciutat per a expedir nombroses butles. L’any 1414, quan ja Peníscola era l’epicentre de la cristiandat, es van celebrar a Sant Mateu dos sessions del concili rabínic cristià conegut com La disputa de Tortosa que van finalitzar amb el baptisme de més de 3.000 jueus pel propi papa Luna en l’Església Arxiprestal. En 1999 les obres de restauració de la part romànica d’esta església van deixar al descobert precisament la pila baptismal del segle XIII que va utilitzar el papa en esta conversió massiva.

Sant Mateu, replet de fets històrics, està hui declarat Conjunt Històric Artístic pel seu important patrimoni medieval. Recórrer els seus carrers, palaus, muralles i masmorres (Els Presons), i l’Església Arxiprestal, joia de l’arquitectura, és recórrer una bona part de la nostra història.

D’ella també formen part, fora del nucli urbà, la Via Augusta, els camps d’oliveres monumentals i l’impressionant Racó del Frare, Paratge Natural Municipal que destaca pels seus imponents relleus de moles i cingles, i en l’àmbit del qual es localitzen dos jaciments arqueològics: la Cova dels Ermitans, necròpolis prehistòrica hui destruïda i l’Abric de Bonança amb imprecises pintures rupestres i possibles grafits ibèrics.

En 1414, l’emperador alemany Segismundo va convocar nou Concili en Constanza (Alemanya) per a intentar resoldre el Cisma. Estant ja convocat, Benedicto XIII es va reunir en Morella amb el rei Fernando I d’Aragó i amb fra Vicent Ferrer en les anomenades Converses de Morella, un de les trobades més importants de la història d’esta localitat.

Durant quasi dos mesos, en el convent de Sant Francesc, es va intentar que el papa Luna renunciara al càrrec, però va tornar a Peníscola sense abdicar, al considerar-se l’únic papa legítim.

El Concili de Constanza el va deposar, declarant-lo heretge i cismàtic, i va nomenar com a pontífex a Martín V.

Morella apareix al viatger poderosa, omplint el paisatge amb la seua inconfusible silueta des de la seua posició estratègica en l’entorn, coronada pel castell i rodejada de muralles centenàries.

Declarada Conjunt Històric Artístic, la localitat ha sigut protagonista de molts episodis de la història i assentament de diferents civilitzacions des de la Prehistòria, com mostren les pintures rupestres de Morella la Vella i uns quants jaciments.

Milions d’anys abans del ser humà van habitar esta terra diverses espècies de dinosaures, amb d’Iguanodont com a protagonista, tresors paleontològics que es mostren en el museu Temps de Dinosaures junt amb el seu més recent i important descobriment, el sauròpode Morelladon beltrani.

Peníscola va ser l’últim refugi del papa Luna. En el seu imponent castell, Pedro Martínez de Luna, Benedicto XIII, el papa Luna, va morir en 1423 als 95 anys, després d’haver sobreviscut a un intent d’enverinament i sense haver renunciat mai al que ell considerava el seu legítim papat.

Els seus cardenals van nomenar com successor a Clemente VIII que en 1429, en l’Església Arxiprestal de Sant Mateu, va renunciar al papat davant del Nunci del papa Martí V, finalitzant així el Cisma d’Occident amb ja només un únic pontífex al capdavant de l’església catòlica.

Peníscola, sobre un tómbol, avançant cap al mar com la proa d’una poderosa nau governada pel seu castell, està impregnada de l’esperit del papa Luna, de les seues llegendes i els seus misteris que recorren els estrets i empinats carrers, protegits per les muralles.

Un important fragment d’història que queda emmarcat per la gran bellesa dels paisatges naturals del seu entorn, com el Parc Natural de la Serra d’Irta les vessants de la qual, cobertes de vegetació mediterrània, descendeixen al mar formant cales i penya-segats de gran atractiu, únics en la nostra franja litoral.

La ciutat, un dels pobles més bonics d’Espanya, s’ha convertit en centre de visites històriques i culturals, a més d’escenari de pel·lícules i sèries tan famoses com a Juego de Tronos.

Recórrer-la retrotrau sens dubte a l’Edat mitjana i a la figura del papa que es va mantindre en els seus tretze fins al final de la seua vida.